Así se despachó la señora Dora González en contra de la organización de los carnavales saladeños por la venta de sillas. González defendió a capa y espada a su hija Sonia, quien se desempeñaba los días de carnaval como vendedora de sillas y que según ella fue desvinculada sin previo aviso y cargó fuertemente contra Miguel Ángel Gómez, Susana Roy y la Coordinadora de Corsos Graciela Roubineau. “Yo no vengo a mentir acá, en Saladas nos conocemos todos y sabemos para quien siempre trabajo Roy y la coordinadora debe hacerse cargo de lo que hace y dice”, expresó la madre de la joven.
La venta de sillas en los carnavales saladeños, es sin lugar a dudas motivo de conflictos todos los años. Personas que reclaman igualdad de condiciones a la hora de adquirir un lugar preferencial para ver pasar a las agrupaciones y que, según cuentan, a esos lugares sólo tienen acceso la gente pudiente o bien allegados a los encargados de vender las sillas.
El primer fin de semana de carnaval se dispusieron en el corsodromo local unas mil sillas y las responsables de las mismas eran la señorita Sonia Franco y la señora Susana Roy, ambas ya habían trabajado en esa tarea el año pasado, les fue bien, y por tal motivo la organización volvió a contratarlas.
Allegados a la joven Sonia Franco destacaron que se la desvinculo sin previo aviso de la venta de sillas y que existió una intencionalidad por parte de Miguel Ángel Gómez para que esto sucediera y que de esta manera Susana Roy se haga cargo de la totalidad de las sillas.
La madre de Sonia Franco se acercó a los estudios de Radio Urbana y contó su verdad de como ocurrieron los hechos y defendió la labor de su hija y el grupo de jóvenes que trabajo en la venta de sillas situadas en la vereda del concejo deliberante saladeño.
Dora González expresó que existe un complot entre Miguel Ángel Gómez y Susana Roy para quedarse con la totalidad de la venta de sillas y que su hija jamás participó de una reunión porque nunca se la convocó.
“Yo no vengo a mentir acá, digamos la verdad, el dueño del corso es Mag y todos sabemos para quien siempre trabajó Roy. Mi hija nunca participó de las reuniones porque Roy ya se encargaba de arreglar todo con la coordinadora y la organización y luego cuando la encontraba a mi hija por la calle le comentaba de pasada, lo que sucedía en la reunión”, expresó la madre indignada.
“La señora Roy en la última reunión que se tuvo se despachó contra el trabajo de mi hija y de los chicos que la ayudaban diciendo que eran unos desorganizados y que no sabe trabajar, cuando o casualidad a ella le tocó el mejor lugar para acomodar las sillas y mi hija y su grupo tuvieron miles de obstáculos para poder organizarlas”, dijo la docente.
González no dudo a la hora de dar nombre y apellidos y destacó que la Coordinadora de Corsos no se hace responsable de nada y que no tiene palabra.
El primer fin de semana de carnaval se dispusieron en el corsodromo local unas mil sillas y las responsables de las mismas eran la señorita Sonia Franco y la señora Susana Roy, ambas ya habían trabajado en esa tarea el año pasado, les fue bien, y por tal motivo la organización volvió a contratarlas.
Allegados a la joven Sonia Franco destacaron que se la desvinculo sin previo aviso de la venta de sillas y que existió una intencionalidad por parte de Miguel Ángel Gómez para que esto sucediera y que de esta manera Susana Roy se haga cargo de la totalidad de las sillas.
La madre de Sonia Franco se acercó a los estudios de Radio Urbana y contó su verdad de como ocurrieron los hechos y defendió la labor de su hija y el grupo de jóvenes que trabajo en la venta de sillas situadas en la vereda del concejo deliberante saladeño.
Dora González expresó que existe un complot entre Miguel Ángel Gómez y Susana Roy para quedarse con la totalidad de la venta de sillas y que su hija jamás participó de una reunión porque nunca se la convocó.
“Yo no vengo a mentir acá, digamos la verdad, el dueño del corso es Mag y todos sabemos para quien siempre trabajó Roy. Mi hija nunca participó de las reuniones porque Roy ya se encargaba de arreglar todo con la coordinadora y la organización y luego cuando la encontraba a mi hija por la calle le comentaba de pasada, lo que sucedía en la reunión”, expresó la madre indignada.
“La señora Roy en la última reunión que se tuvo se despachó contra el trabajo de mi hija y de los chicos que la ayudaban diciendo que eran unos desorganizados y que no sabe trabajar, cuando o casualidad a ella le tocó el mejor lugar para acomodar las sillas y mi hija y su grupo tuvieron miles de obstáculos para poder organizarlas”, dijo la docente.
González no dudo a la hora de dar nombre y apellidos y destacó que la Coordinadora de Corsos no se hace responsable de nada y que no tiene palabra.