Saladas sin colectivo: cuatro años de parches y abandono en el transporte urbano

Hace dos días que no circula el colectivo urbano en Saladas. La gestión de Noel Gómez prometió soluciones, pero dejó en evidencia su desinterés por un servicio esencial para trabajadores, estudiantes y vecinos. El transporte urbano está en crisis desde el inicio de su mandato, y hoy la comunidad paga las consecuencias.

La ciudad de Saladas atraviesa una nueva muestra del deterioro del transporte urbano de pasajeros. Desde hace 48 horas, el servicio dejó de funcionar con normalidad: el martes, la interrupción se dio a las 11 de la mañana, y el miércoles nuevamente el colectivo quedó varado por fallas mecánicas. Estudiantes, docentes y trabajadores tuvieron que recurrir a remises o caminar kilómetros para llegar a sus hogares. El silencio oficial duele tanto como el abandono.

El transporte urbano en Saladas entró en crisis desde la llegada de Noel Gómez a la intendencia. Apenas asumido, rompió el vínculo con la empresa ERSA, que hasta entonces prestaba un servicio eficiente, aduciendo que la Municipalidad no podía afrontar los costos. En su lugar, se decretó una “emergencia del transporte” que jamás se tradujo en una solución estructural.

La respuesta del Ejecutivo municipal ante los reclamos ha sido siempre la misma: como el colectivo es gratuito, la gente no puede quejarse. Esa frase se ha convertido en el símbolo de una gestión sin empatía, que prioriza el maquillaje antes que las verdaderas soluciones. ¿Qué tan gratuito puede ser un servicio que no funciona? ¿Qué valor tiene si no llega a destino?

Desde el Concejo Deliberante se solicitó al intendente un informe detallado sobre la situación del transporte, pero la mayoría oficialista ha bloqueado la discusión. A pocos meses del cierre de su mandato, Gómez deja un sistema de transporte abandonado, mal gestionado y cada vez más distante de las necesidades reales de la gente.

La paciencia de los vecinos parece haber llegado al límite. El transporte urbano no es un lujo, es un derecho. Y en Saladas, hace tiempo que dejó de cumplirse. A esta altura, la única certeza es que, en agosto, quienes sienten el peso de este desinterés todos los días podrán expresar su enojo en las urnas.