El lunes pasado el Gobernador de la Provincia Arturo Colombi pisó por primera vez suelo saladeño, después de tres años de haber asumido éste la gobernación. Paradójicamente, el Gobernador y toda su comitiva oficial eligió Saladas para dejar inaugurado el ciclo lectivo en la provincia, cuando gremios docentes decidieron llamar a un paro por cinco días, es decir no dar clases la primer semana. Y donde según sondeos el acatamiento fue casi masivo. El acto realizado en el nuevo edificio de la Escuela Comercial Nocturna se mezclo de dos sentimientos, alegría e impotencia, ya que afuera del establecimiento, docentes reclamaban al gobernador que se acuerde del básico de los mismos.
El lunes 3 de marzo el Gobernador Arturo Colombi llegó a Saladas en horas de la mañana, el objetivo, inaugurar el nuevo edificio de la escuela Comercial y dejar además inaugurado el ciclo lectivo para toda la provincia. No vino solo, sino acompañado de la mayoría de sus ministros, que de lo único que hablaban era del conflicto docente y de la manifestación que se daba afuera del acto, comandado por algunos gremios y docentes autoconvocados.
Da la sensación, según el discurso del Gobernador que lo que se trata al menos o la estrategia del gobierno es poner a los padres y alumnos en contra del sector docente y crear así una relación un tanto áspera entre tutor-docente-alumno.
“Quiero decirlos amigos, padres y alumnos que este es un tema de toda la sociedad, que no es el tema de este sector. Estos temas deben ser tratados en los concejos deliberantes, como me gustaría que en la próxima sesión se informe a los padres, hagamos asambleas en las plazas, contémosles, porque deben saber los padres esta decisión de la Argentina, esta decisión importante de destinar recursos a educación, contémosles cual es el camino y cuales son las cosas que nosotros creemos indefectiblemente y que la estamos cumpliendo” decía el gobernador el lunes pasado, acompañado con cánticos de “mentiroso, mentiroso…” provenientes desde la protesta ubicada afuera del establecimiento.
Todo se desarrolló en paz por momentos. Era como dos mundos diferentes, adentro del establecimiento educativo, alegría, jolgorio y satisfacción por el nuevo edificio y la dirigencia política que recorría las instalaciones como si afuera nada pasara. Afuera la sensación se torno áspera e incomoda en algunos momentos, más aún cuando personas que supuestamente vinieron a acompañar al gobernador Colombi, de extracción radical en su mayoría, insultaban a los docentes.
“Vayan a trabajar haraganes”, pancartas que decían “docentes dañinos den clases” y hasta insultaban a maestras con lo acontecido meses atrás con las fotos escandalosas de algunas docentes saladeñas. Pero el sector docente también aportaba lo suyo, “cuanto les pago fulano y fulana para que vengan”, “compara lo que a vos te paga tal dirigente y lo que nosotros cobramos” entre tantas otras cosas.
Los ánimos comenzaban a caldearse y por eso el gobernador no se animó a salir del establecimiento por la puerta central y se retiro rápidamente de la escuela por una puerta de servicio que da a la calle Martínez lugar donde lo esperaba un patrullero a él y a su señora esposa la Ministra de Educación Virginia Almará.