El transporte público en Saladas vuelve a estar en el centro de la polémica. A más de 48 horas de que el colectivo municipal se rompiera nuevamente, el malestar contra el intendente Noel Gómez aumenta. Mientras los usuarios sufren el servicio deficiente, las respuestas del ejecutivo brillan por su ausencia, y las promesas de mejorar el sistema siguen incumplidas.
La crisis del transporte urbano de pasajeros en Saladas parece no tener fin. Hace más de 48 horas que el colectivo alquilado, pagado por todos los vecinos, está fuera de servicio. Esta no es la primera vez que sucede desde que el municipio, bajo la gestión de Noel Gómez, rompió lazos con la empresa ERSA, la cual prestaba el servicio previamente. Ahora, los usuarios deben soportar un servicio inconsistente y deficiente, agravando el malestar que ya existía.
“Viajamos como vacas, apretados en la combi. Antes que esto, prefiero pagar el boleto”, expresó un vecino del barrio Estación, cansado de las fallas recurrentes. Cada vez que el colectivo se rompe, el municipio pone a disposición una combi que realiza un recorrido mínimo, lejos de cumplir con las necesidades de los usuarios. Para colmo, desde la gestión de Gómez la respuesta es sencilla: “Desde marzo el transporte es gratuito en Saladas, así que mucho no se pueden quejar”. Sin embargo, el servicio, aunque gratuito, sigue siendo insuficiente y genera más molestias que soluciones.
La situación es tal que la oposición en el Concejo Deliberante ya presentó dos pedidos de informe solicitando detalles sobre el estado mecánico de los vehículos, y si estos cuentan con la habilitación correspondiente para transitar por rutas nacionales. Sin embargo, estos pedidos parecen estar encajonados en alguna comisión, sin respuesta del ejecutivo. El intendente Noel Gómez prefiere eludir el tema, mientras el transporte sigue siendo una bomba de tiempo. Incluso algunos creen que su estrategia es desviar la atención organizando eventos, dejando en segundo plano los problemas reales que afectan a los ciudadanos.
En marzo de este año, el intendente declaró la Emergencia en el Transporte a través de la Resolución N° 49/2024, un intento por encarar la crisis del sistema de transporte. Pero, tras siete meses, el remedio ha resultado ser peor que la enfermedad. El colectivo sigue sin funcionar con regularidad, la combi no satisface las expectativas, y los usuarios son quienes padecen día a día las malas decisiones del ejecutivo local. A medida que se acerca un nuevo proceso electoral, la gestión de Gómez se enfrenta a un creciente malestar que difícilmente podrá esquivar.