El próximo 18 de enero Saladas dará inicio a su Carnaval 2025, una fiesta que, tras los conflictos de 2024, ahora se presenta entre el entusiasmo y la cautela. Las comparsas trabajan para dar lo mejor, mientras el intendente Noel Gómez ajusta el presupuesto, resuena su disgusto por la fiesta pasada y algunos dirigentes de comparsas.
La confirmación del inicio del Carnaval 2025 para el 18 de enero viene rodeada de recuerdos incómodos. Tras el polémico cierre de la edición 2024, con la comparsa Coe Berá coronada en medio de un cuestionamiento público sobre los jurados, el carnaval saliente dejó profundas cicatrices en la relación entre el intendente Noel Gómez y las comparsas. Carisma Show e Ibera, dos de las grandes agrupaciones, se negaron a desfilar en la última noche, dejando vacíos tanto en el corsódromo como en el ánimo de muchos asistentes. Un desaire que, además de frustración, tuvo como consecuencia la renuncia del Coordinador de Corsos de entonces, Rubén Paniagua.
El nuevo Coordinador, Luciano Ayala, ex dirigente de la comparsa Ibera, asume el rol en un ambiente donde Gómez exige compromiso. Como señal de sus molestias con el manejo del carnaval pasado, el presupuesto 2025 destina seis millones de pesos menos para la festividad. A cambio, se presentó la obligación de que cada comparsa o agrupación musical firme un “compromiso de participación”. De faltar a alguna noche, el incumplimiento resultará en la pérdida de los premios en dinero, un contrato en respuesta a los gestos de inconformidad del 2024.
Sin embargo, la relación con los comparseros parece tener otro lado estratégico para Gómez. A pesar del presupuesto reducido, el municipio entregó recientemente un incentivo de 500 mil pesos a cada agrupación. Un gesto necesario de apoyo que podría suavizar las asperezas, aunque, en un año electoral, la reelección de Gómez añade una complejidad política: alejarse demasiado del carnaval sería perjudicial para su imagen, dada la multitud que la fiesta convoca cada año.
Así, mientras las comparsas trabajan para el Corsódromo “Pedro Pablo Ignacio”, la comunidad espera una fiesta espectacular, aunque con la pregunta latente de si la administración y los protagonistas del carnaval pueden superar las sombras del año pasado. La tensión persiste y la incógnita de algún anuncio electoral sorpresa por parte de Gómez, con promesas o beneficios para el carnaval, sigue en el aire. Como cada verano, el corsódromo se convertirá en el escenario de esta gran fiesta, pero también en un termómetro que medirá el delicado equilibrio entre política y pasión popular.