Sin rodeos y ante una Plaza de Mayo colmada de militantes kirchneristas, la jefa de Estado apuntó directo contra los dirigentes de las cuatro entidades: "El problema no es retenciones sí o retenciones no sino que se está interfiriendo en la Democracia". Los desafió a armar un partido político, pidió levantar los cortes y criticó los cacerolazos. Urtubey no fue por falta de nafta. Cobos se quedó trabajando. Hubo un muerto antes del acto.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner acusó hoy a los presidentes de las cuatro entidades del agro, que hace 99 días protestan contra las retenciones a la exportación de granos impuestas por el Gobierno, de interferir en la construcción de la democracia y pretender imponer una situación sin que nadie los haya votado.
La jefa de Estado también criticó los cacerolazos, pidió el levantamiento de los cortes de ruta y desafió a los que no están de acuerdo con su política de gobierno a conformar un partido político y presentarte en las próximas elecciones: "Esta es una Plaza del amor y de los sueños, no venimos a agraviar. A los que puedan hacerlo mejor que nosotros los invitamos a hacer un partido político y que en las próximas elecciones reclamen el voto popular para ejecutar su modelo. Así se construye calidad institucional".
En su segundo discurso por cadena nacional en menos 24 horas, la Presidenta le puso intensidad y continuidad al discurso pronunciado ayer desde la Casa Rosada, en el que anunció que enviaría al Congreso el decreto sobre la retenciones. Esta tarde, apuntó directamente contra Luciano Miguens (Sociedad Rural Argentina); Eduardo Buzzi (Federación Agraria); Mario Llambías (CRA) y Fernando Gioino (Coninagro), los cuatro líderes de la protesta agraria.
“La primera vez que viene a hablarles en esta plaza yo creía que venía por una política de redistribución. Pasaron los días y yo veía que desde un sector, desde una corporación, cuatro personas a las que nadie votó, a las que nadie eligió se reunían, deliberaban, decidían y comunicaban al resto de los argentinos quién podía andar por las rutas del país y quién no", disparó la mandataria contra los líderes agropecuarios.
Con tono decidido, la mandataria subió el tono del discurso y terminó de arremeter contra el agro. “Me di cuenta entonces que estaba ante otro escenario. No eran retenciones, se estaba socavando e interfiriendo en la misma constitución, que nos dice que son los representantes del pueblo, elegidos en elecciones libres y democráticas, los que deliberan, deciden y ejecutan”, relató.
Además, ratificó el discurso del ex presidente, quien aseguró ayer que observaba elementos represivos en la logísticas de las movilizaciones del campo. “Cuando además empecé a ver a algunos que parecían colarse entre esos reclamos ya no cuestionaban ni la retenciones, ni nada y simplemente nos insultaban por haber instalado al vigencia de los Derechos Humanos en la Argentina el escenario fue completo y total. Yo creo sinceramente que eran colados que siempre tratan de acercarse cuando ven conflictividad e intenta dar marcha atrás. Pero quiero creer que tal vez esas cuatro personas llevadas por la propia dinámica de los hechos y las corporaciones, que muchas veces no pueden ver más allá de sus intereses, no se dieron cuenta. Yo quiero en nombre de la vigencia democrática, de la Constitución y de las leyes de la República, que adviertan que si la historia primero fue tragedia hoy se repite como comedia y que los argentinos ya no queremos comedia”, afirmó.
Las palabras de Fernández de Kirchner fueron seguidas de cerca por todos los ministros del Gabinete Nacional, funcionarios de segunda y tercera jerarquía y 16 mandatarios provinciales, entre otros. La Madres de Plaza de Mayo también se acomodaron cerca la Presidenta.
No estuvieron presentes, pero con aviso, el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, el mandatario cordobés Juan Schiaretti, el entrerriano Jorge Busti y el vicepresidente Julio Cobos.
La sorpresiva ausencia la dio el salteño Juan Manuel Urtubey, quien señaló en un comunicado de prensa que no viajará a Buenos Aires por el estado de emergencia que atraviesa su provincia.
A medida que crecía la intensidad del discurso, se encendían los griteríos de las distintas columnas de las organizaciones políticas, sociales y sindicales que se acercaron a la Plaza. Allí estuvieron la Federación Tierra y Vivienda (FTV) de Luís D´Elía, los metalúrgicos de la UOM, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), así como el Movimiento Evita, el Partido Socialista y demás fracciones peronistas provenientes del Conurbano bonaerense.
La Presidenta rápidamente viró el tono del discurso y pidió por “un bicentenario diferente, con las industria trabajando y agregando valor a sus productos”. Y dejó un guiño al agro. “Sueño con un campo que produzca materia prima pero que le agregue más valor para dar más trabajo todavía”, sostuvo.
Sin embargo, no dejó pasar la oportunidad para extender sus críticas a las protestas urbanas de la clase media en los últimos días al recordar que “dialogar puede ser también no estar de acuerdo en algún punto. Tenemos que aprender de una vez a procesar democráticamente nuestras diferencias” y –agregó irónica- “tal vez, con tanto golpe de Estado que hemos vivido, creemos que todo se arregla con intolerancia, con bocinas, cacerolas o cortes de ruta”.
Después de castigar a los representantes del campo, la jefa de Estado guardó la munición gruesa y les envió un mensaje de comprensión. “Les pido a quienes, estoy segura, equivocados por la dinámica sectorial, equivocaron el rumbo y quisieron mandar a todos los argentinos a decirnos por dónde podíamos pasar, liberen las rutas dejen que volvamos a trabajar”, dijo la Presidenta.
Antes de cerrar el acto, confirmó la decisión de terminar con el conflicto que atormenta al país hace más de tres meses. “Desde esta plaza quiero convocar a todos a que discutamos en este acuerdo del Bicentenario cómo podemos mejorar nuestras políticas agropecuarias para producir más y para garantizar la mesa de los argentinos”.
La jefa de Estado también criticó los cacerolazos, pidió el levantamiento de los cortes de ruta y desafió a los que no están de acuerdo con su política de gobierno a conformar un partido político y presentarte en las próximas elecciones: "Esta es una Plaza del amor y de los sueños, no venimos a agraviar. A los que puedan hacerlo mejor que nosotros los invitamos a hacer un partido político y que en las próximas elecciones reclamen el voto popular para ejecutar su modelo. Así se construye calidad institucional".
En su segundo discurso por cadena nacional en menos 24 horas, la Presidenta le puso intensidad y continuidad al discurso pronunciado ayer desde la Casa Rosada, en el que anunció que enviaría al Congreso el decreto sobre la retenciones. Esta tarde, apuntó directamente contra Luciano Miguens (Sociedad Rural Argentina); Eduardo Buzzi (Federación Agraria); Mario Llambías (CRA) y Fernando Gioino (Coninagro), los cuatro líderes de la protesta agraria.
“La primera vez que viene a hablarles en esta plaza yo creía que venía por una política de redistribución. Pasaron los días y yo veía que desde un sector, desde una corporación, cuatro personas a las que nadie votó, a las que nadie eligió se reunían, deliberaban, decidían y comunicaban al resto de los argentinos quién podía andar por las rutas del país y quién no", disparó la mandataria contra los líderes agropecuarios.
Con tono decidido, la mandataria subió el tono del discurso y terminó de arremeter contra el agro. “Me di cuenta entonces que estaba ante otro escenario. No eran retenciones, se estaba socavando e interfiriendo en la misma constitución, que nos dice que son los representantes del pueblo, elegidos en elecciones libres y democráticas, los que deliberan, deciden y ejecutan”, relató.
Además, ratificó el discurso del ex presidente, quien aseguró ayer que observaba elementos represivos en la logísticas de las movilizaciones del campo. “Cuando además empecé a ver a algunos que parecían colarse entre esos reclamos ya no cuestionaban ni la retenciones, ni nada y simplemente nos insultaban por haber instalado al vigencia de los Derechos Humanos en la Argentina el escenario fue completo y total. Yo creo sinceramente que eran colados que siempre tratan de acercarse cuando ven conflictividad e intenta dar marcha atrás. Pero quiero creer que tal vez esas cuatro personas llevadas por la propia dinámica de los hechos y las corporaciones, que muchas veces no pueden ver más allá de sus intereses, no se dieron cuenta. Yo quiero en nombre de la vigencia democrática, de la Constitución y de las leyes de la República, que adviertan que si la historia primero fue tragedia hoy se repite como comedia y que los argentinos ya no queremos comedia”, afirmó.
Las palabras de Fernández de Kirchner fueron seguidas de cerca por todos los ministros del Gabinete Nacional, funcionarios de segunda y tercera jerarquía y 16 mandatarios provinciales, entre otros. La Madres de Plaza de Mayo también se acomodaron cerca la Presidenta.
No estuvieron presentes, pero con aviso, el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, el mandatario cordobés Juan Schiaretti, el entrerriano Jorge Busti y el vicepresidente Julio Cobos.
La sorpresiva ausencia la dio el salteño Juan Manuel Urtubey, quien señaló en un comunicado de prensa que no viajará a Buenos Aires por el estado de emergencia que atraviesa su provincia.
A medida que crecía la intensidad del discurso, se encendían los griteríos de las distintas columnas de las organizaciones políticas, sociales y sindicales que se acercaron a la Plaza. Allí estuvieron la Federación Tierra y Vivienda (FTV) de Luís D´Elía, los metalúrgicos de la UOM, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), así como el Movimiento Evita, el Partido Socialista y demás fracciones peronistas provenientes del Conurbano bonaerense.
La Presidenta rápidamente viró el tono del discurso y pidió por “un bicentenario diferente, con las industria trabajando y agregando valor a sus productos”. Y dejó un guiño al agro. “Sueño con un campo que produzca materia prima pero que le agregue más valor para dar más trabajo todavía”, sostuvo.
Sin embargo, no dejó pasar la oportunidad para extender sus críticas a las protestas urbanas de la clase media en los últimos días al recordar que “dialogar puede ser también no estar de acuerdo en algún punto. Tenemos que aprender de una vez a procesar democráticamente nuestras diferencias” y –agregó irónica- “tal vez, con tanto golpe de Estado que hemos vivido, creemos que todo se arregla con intolerancia, con bocinas, cacerolas o cortes de ruta”.
Después de castigar a los representantes del campo, la jefa de Estado guardó la munición gruesa y les envió un mensaje de comprensión. “Les pido a quienes, estoy segura, equivocados por la dinámica sectorial, equivocaron el rumbo y quisieron mandar a todos los argentinos a decirnos por dónde podíamos pasar, liberen las rutas dejen que volvamos a trabajar”, dijo la Presidenta.
Antes de cerrar el acto, confirmó la decisión de terminar con el conflicto que atormenta al país hace más de tres meses. “Desde esta plaza quiero convocar a todos a que discutamos en este acuerdo del Bicentenario cómo podemos mejorar nuestras políticas agropecuarias para producir más y para garantizar la mesa de los argentinos”.