Entre el 26 de junio y el 15 de julio se jugará en Venezuela la Copa América, el primer torneo de relevancia que afrontará la Argentina en la segunda era de Alfio Basile al frente del equipo. Será un banco de pruebas para el Coco, que hasta ahora perdió los dos amistosos que dirigió.
Alfio Basile pasó rápidamente de Boca a la Selección, y de allí a los frustrantes amistosos contra Brasil y España. Es cierto que las respectivas derrotas (3-0 en el primer y 2-1 en el segundo partido) sumadas a la suspensión del choque contra Emiratos Arabes no deben ser tomadas como muestra de la idea futbolística del Coco, pero de todas formas encendieron una luz de alarma en torno al futuro. Y en ese ámbito, la primera cita de importancia es la Copa América. ¿Podrá el técnico trabajar con comodidad para el certamen que se disputará en Venezuela entre el 26 de junio y el 15 de julio? Ante las crecientes trabas de los clubes para ceder a sus figuras, uno de los reclamos que el seleccionador ya le hizo en varias oportunidades a Julio Grondona es entrenar con futbolistas locales de lunes a miércoles o como mínimo una vez por semana, para armar un plantel integrado, por lo menos, por la mitad de jugadores que se desempeñen en el país. Algo que suena difícil dadas las trabas que encontraron sus antecesores para implementar un régimen similar. En lo futbolístico, el trabajo del entrenador arrancará 2007 prácticamente de cero. El conductor del equipo de los últimos años, Juan Román Riquelme, renunció a la Selección tras la caída ante Brasil y Basile probó con Federico Insúa y Pablo Aimar contra España. Y, pese a los escasos minutos que duró su oportunidad inicial, ninguno convenció. Será menester del Coco decidir otorgarles mayor continuidad o intentar otras variantes. En otros puestos no aparecen, precisamente, menos incógnitas. Como sucede habitualmente en el inicio de un mandato, el Coco debe lidiar con el final del ciclo de algunos y el comienzo de otros. Entonces, tendrá que encontrar un espacio para darles más minutos a talentos como Sergio Agüero y consolidar definitivamente a Lionel Messi. Y, por qué no, extenderles la mano a valores locales. Así, más allá de las presiones y los gratos recuerdos de Basile de 1991 y 1993, la Copa América servirá para probar y darle vuelo a un equipo que recién empieza a dar sus primeros pasos. // Fuente TyC Sports //