Ante la reciente notificación de un caso de Leishmaniasis en un joven de 19 años en la localidad misionera de Oberá, autoridades sanitarias de la Provincia recomendaron hoy a la comunidad mantener las medidas preventivas en vistas de que en Misiones existen reservorios de la enfermedad en los perros. El caso en la provincia ubicada a límite Noreste de Corrientes, amerita la precaución en razón de que, desde que fue confirmado el primer caso de Leishmaniasis visceral en humanos ya suman 23, de los cuales 9 corresponden a 2008, con tres decesos.
Consultada por Agencia Corrientes sobre el estado de la Leishmania en la Provincia, Karina Ramos, subdirectora de Zoonosis y Control de Vectores del ministerio de Salud Pública, comentó que “la situación está calma porque no se registraron más casos desde aquellos cinco denunciados meses atrás en Capital, Ituzaingó y Virasoro”.
También informó en este sentido que desde los establecimientos de salud afectados a la problemática se continúa haciendo el monitoreo en las mascotas, el cual hasta el momento no arroja positivos para la enfermedad; “ampliamos todo el alcance de la vigilancia epidemiológica en los centros de salud” agregó.
“Pensamos que quizá se llegue a que con los climas fríos disminuya la actividad del vector en la zona” esbozó Ramos, al tiempo que recordó, respecto de los casos detectados en las localidades correntinas este año, que “todos los animales fueron tratados y están siendo monitoreados por los veterinarios privados”.
Consultada acerca del estado en el cual se encuentran estos perros enfermos -uno en Capital, uno en Virasoro y otros tres en Ituzaingó- la veterinaria explicó que “los dueños decidieron resguardar la vida de sus mascotas y optaron por colocarles un collar que los resguarda de la picadura del vector”.
El vector aludido por la especialista de la cartera sanitaria “es un insecto muy pequeño conocido como flobótomo, cuya denominación científica es luxomia longipalpis”; respecto del parásito, al que algunas literaturas denominan “carachai”, Ramos aclaró que a pesar de la nominación popularizada, no se trata del mosquito referido.
“No hay medidas preventivas ni tratamiento posible para el perro con Leishmaniasis” afirmó también, de lo cual se extrajo que a partir de la afección, el animal se convierte en un reservorio permanente de la enfermedad por lo que es importante el abordaje de un veterinario para hacer posible la permanencia de la mascota en el hogar, alejado de la posible picadura de un vector.
Sobre las características de la enfermedad en animales y en humanos, Ramos aclaró que “no hay contagio entre el perro y la persona, sino que siempre interviene la picadura del mosquito que previamente tomó la Leishmania del reservorio y afectó al hombre”.
En el caso de los perros, los síntomas más frecuentes de la afectación por Leishmania son el adelgazamiento progresivo y las lesiones dérmicas, con escamaciones y pérdida de pelo, “además de la particularidad del crecimiento excesivo de las uñas del animal” puntualizó la veterinaria.
Entre las características que presenta la enfermedad en la persona -y que lo puede conducir a la muerte- se encuentran la fiebre prolongada, el aumento en tamaño del hígado y el bazo (espatoesplenomegalia) y alteraciones en la serología del individuo, como la disminución de las plaquetas y los glóbulos blancos, lo que suele ser proclive a un diagnóstico erróneo de leucemia.
FUENTE: Agencia Corrientes
También informó en este sentido que desde los establecimientos de salud afectados a la problemática se continúa haciendo el monitoreo en las mascotas, el cual hasta el momento no arroja positivos para la enfermedad; “ampliamos todo el alcance de la vigilancia epidemiológica en los centros de salud” agregó.
“Pensamos que quizá se llegue a que con los climas fríos disminuya la actividad del vector en la zona” esbozó Ramos, al tiempo que recordó, respecto de los casos detectados en las localidades correntinas este año, que “todos los animales fueron tratados y están siendo monitoreados por los veterinarios privados”.
Consultada acerca del estado en el cual se encuentran estos perros enfermos -uno en Capital, uno en Virasoro y otros tres en Ituzaingó- la veterinaria explicó que “los dueños decidieron resguardar la vida de sus mascotas y optaron por colocarles un collar que los resguarda de la picadura del vector”.
El vector aludido por la especialista de la cartera sanitaria “es un insecto muy pequeño conocido como flobótomo, cuya denominación científica es luxomia longipalpis”; respecto del parásito, al que algunas literaturas denominan “carachai”, Ramos aclaró que a pesar de la nominación popularizada, no se trata del mosquito referido.
“No hay medidas preventivas ni tratamiento posible para el perro con Leishmaniasis” afirmó también, de lo cual se extrajo que a partir de la afección, el animal se convierte en un reservorio permanente de la enfermedad por lo que es importante el abordaje de un veterinario para hacer posible la permanencia de la mascota en el hogar, alejado de la posible picadura de un vector.
Sobre las características de la enfermedad en animales y en humanos, Ramos aclaró que “no hay contagio entre el perro y la persona, sino que siempre interviene la picadura del mosquito que previamente tomó la Leishmania del reservorio y afectó al hombre”.
En el caso de los perros, los síntomas más frecuentes de la afectación por Leishmania son el adelgazamiento progresivo y las lesiones dérmicas, con escamaciones y pérdida de pelo, “además de la particularidad del crecimiento excesivo de las uñas del animal” puntualizó la veterinaria.
Entre las características que presenta la enfermedad en la persona -y que lo puede conducir a la muerte- se encuentran la fiebre prolongada, el aumento en tamaño del hígado y el bazo (espatoesplenomegalia) y alteraciones en la serología del individuo, como la disminución de las plaquetas y los glóbulos blancos, lo que suele ser proclive a un diagnóstico erróneo de leucemia.
FUENTE: Agencia Corrientes