Un clima de celebración y festejo se vivió en la ciudad de Saladas durante la Ordenación Sacerdotal de Fernando Daniel Romero. Ante unas 600 personas el joven de 26 años recibió de manos de monseñor Andrés Stanovnik el don del Orden Sagrado, en un momento muy emotivo compartido por sus familiares, amigos y allegados. El nuevo sacerdote celebró anoche su primera Misa en la Iglesia San José, y hoy lo hará en la Catedral de Corrientes donde fue designado.
Los sacerdotes de la Diócesis de Corrientes, junto a más de 500 personas se dieron cita en la localidad de Saladas, para recibir a un nuevo sacerdote: Fernando Daniel Romero.
Fue el viernes, ante un estadio lleno, donde mediante la imposición de manos, monseñor Andrés Stanovnik lo ordenó sacerdote para el servicio de la Iglesia.
La familia de Fernando, amigos y allegados, vinieron desde distintas ciudades para compartir este momento tan especial que marcará la vida del joven de 26 años, que dio el "sí" a la vocación de presbítero.
Entre los presentes se encontraban el rector del Seminario Interdiocesano de Resistencia "La Encarnación", el presbítero Adolfo Ramón Canecín; el Vicario General José Villordo; el párroco de Saladas, Carlos Gómez; sacerdotes de la Diócesis de Reconquista, Santa Fe y Formosa, diáconos, seminaristas y autoridades municipales, de las fuerzas vivas de la ciudad.
Vivieron momentos muy emotivos durante la Eucaristía, sus familiares directos, sobre todo Anita, la madre y Edgardo su hermano, no pudieron contener las lágrimas al ver a Fernando dar el paso, entregando su vida a Dios, para servir.
La celebración de Ordenación comenzó con la procesión de entrada y la liturgia de la Palabra donde se leen dos textos extraídos de la Biblia, se canta un Salmo y se proclama el Evangelio del Nuevo Testamento.
Las lecturas dieron paso a uno de los momentos que marcan esta celebración, el llamado. Tras lo cual en la Homilía el obispo en su reflexión destacó el lema elegido por Fernando para su ordenación "Jesucristo es el Señor" (Fil 2, 11).
El Padre Pastor dirigiéndose a la familia, amigos y compañeros de Fernando les explicó que "Hará las veces de Cristo Maestro, Sacerdote y Pastor, para que su cuerpo, que es la Iglesia, se edifique y crezca como pueblo de Dios y templo del Espíritu Santo".
"La tarea del pastor es entregarse totalmente al servicio de la unidad, 'como Hijo del Hombre -según escuchamos en el Evangelio- que no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Esta tarea excede totalmente nuestras fuerzas", recordó el pastor.
"Querido Fernando, el lema que elegiste para iluminar tu vida en el ministerio sacerdotal, es una confesión de fe y de amor: 'Jesucristo es el Señor'. No te olvides que 'Dios lo exaltó y le puso el nombre que está sobre todo nombre' recién después de recorrer el duro camino del amor y del servicio. Camino del discípulo, que siempre vuelve a los pies del Maestro Jesús, para aprender la difícil lección de ser pastor, no 'como los jefes de las naciones que dominan y los poderosos que hacen sentir su autoridad. Al contrario, el que quiera ser grande que se haga servidor', para que se haga realidad que 'Jesucristo es el Señor' y no nosotros", sentenció.
Añadió luego: "Fernando, es maravilloso el camino al que Dios te llamó. Lo irás madurando como discípulo de Jesús, aprendiendo a unir tu voluntad a la suya y creciendo en su amistad. Serás misionero fiel de esa experiencia de vida y de comunión que recibes de él, siendo 'misericordioso y compasivo, cercano a tu pueblo y servidor de todos, particularmente de los que sufren grandes necesidades'. Consciente de tus limitaciones -como nos recuerda Aparecida- intégrate con gusto a nuestro presbiterio y colabora en todo para que vayamos desempeñando nuestro ministerio en forma comunitaria y como tarea colectiva".
"Con permanente alegría y verdadera caridad continúa la misión de Cristo Sacerdote, no buscando tus intereses sino los de Jesucristo. Procura congregar a los fieles en una sola familia, animada por el Espíritu Santo, conduciéndola a Dios por medio de Cristo. Ten siempre presente el ejemplo del Buen Pastor que no vino a ser servido sino a servir y a buscar y salvar lo que estaba perdido". Y confía siempre tu vida y tu sacerdocio a la tierna Madre de Dios, nuestra queridísima Señora de Itatí. Amén", finalizó su reflexión el obispo.
PROMESAS
Terminada la misma, se procedió a las promesas del elegido, donde el consagrado manifestó "querer desempeñar siempre este ministerio, colaborando con la tarea del obispo, desempeñar digna y sabiamente el ministerio de la Palabra y en la enseñanza de la fe católica, celebrar la Misa y la confesión con piedad y fidelidad, además de obediencia al obispo y sus sucesores", respondiendo a cada pregunta del obispo.
POSTRACION
Acto seguido en señal de súplica y pidiendo que Dios derrame abundantes bendiciones por el ministerio que Fernando inicia, él se postró y los presentes acompañaron en oración cantando las letanías de los santos, donde se muestra a los mismos como modelos de seguimiento de Jesús y que ellos intercedan ante Dios para que le den fuerza y capacidad en este nuevo servicio.
IMPOSICION DE MANOS
La imposición de manos es el gesto principal en la liturgia de la ordenación y se realiza en silencio. Es un signo de confianza interior en el actuar callado del Espíritu Santo. Fueron imponiéndole las manos sobre la cabeza los sacerdotes que estuvieron acompañando a Fernando en este día.
Otro de los momentos importantes del ritual fue el acto de revestir al nuevo sacerdote con la estola y la casulla, a cargo de dos sacerdotes de la diócesis.
Seguidamente el obispo le ungió las manos con el Santo Crisma, en señal de que sus manos quedan consagradas para servir los planes de Dios de traer Vida a sus hijos.
Ana Francini y Oreste Romero, los padres de Fernando, junto a Edgardo su hermano, acercaron al altar el pan y el vino.
Luego de la Liturgia Eucarística y del rito de la Comunión, el presbítero recién ordenado dirigió unas palabras. También recibió varios presentes y cartas de salutación.
Culminada la ceremonia, en el Club Atlético se festejó la ordenación de Fernando con una cena comunitaria, donde el sacerdote compartió un momento de felicidad junto a los invitados.
FUENTE: Diario El Libertador
Fue el viernes, ante un estadio lleno, donde mediante la imposición de manos, monseñor Andrés Stanovnik lo ordenó sacerdote para el servicio de la Iglesia.
La familia de Fernando, amigos y allegados, vinieron desde distintas ciudades para compartir este momento tan especial que marcará la vida del joven de 26 años, que dio el "sí" a la vocación de presbítero.
Entre los presentes se encontraban el rector del Seminario Interdiocesano de Resistencia "La Encarnación", el presbítero Adolfo Ramón Canecín; el Vicario General José Villordo; el párroco de Saladas, Carlos Gómez; sacerdotes de la Diócesis de Reconquista, Santa Fe y Formosa, diáconos, seminaristas y autoridades municipales, de las fuerzas vivas de la ciudad.
Vivieron momentos muy emotivos durante la Eucaristía, sus familiares directos, sobre todo Anita, la madre y Edgardo su hermano, no pudieron contener las lágrimas al ver a Fernando dar el paso, entregando su vida a Dios, para servir.
La celebración de Ordenación comenzó con la procesión de entrada y la liturgia de la Palabra donde se leen dos textos extraídos de la Biblia, se canta un Salmo y se proclama el Evangelio del Nuevo Testamento.
Las lecturas dieron paso a uno de los momentos que marcan esta celebración, el llamado. Tras lo cual en la Homilía el obispo en su reflexión destacó el lema elegido por Fernando para su ordenación "Jesucristo es el Señor" (Fil 2, 11).
El Padre Pastor dirigiéndose a la familia, amigos y compañeros de Fernando les explicó que "Hará las veces de Cristo Maestro, Sacerdote y Pastor, para que su cuerpo, que es la Iglesia, se edifique y crezca como pueblo de Dios y templo del Espíritu Santo".
"La tarea del pastor es entregarse totalmente al servicio de la unidad, 'como Hijo del Hombre -según escuchamos en el Evangelio- que no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Esta tarea excede totalmente nuestras fuerzas", recordó el pastor.
"Querido Fernando, el lema que elegiste para iluminar tu vida en el ministerio sacerdotal, es una confesión de fe y de amor: 'Jesucristo es el Señor'. No te olvides que 'Dios lo exaltó y le puso el nombre que está sobre todo nombre' recién después de recorrer el duro camino del amor y del servicio. Camino del discípulo, que siempre vuelve a los pies del Maestro Jesús, para aprender la difícil lección de ser pastor, no 'como los jefes de las naciones que dominan y los poderosos que hacen sentir su autoridad. Al contrario, el que quiera ser grande que se haga servidor', para que se haga realidad que 'Jesucristo es el Señor' y no nosotros", sentenció.
Añadió luego: "Fernando, es maravilloso el camino al que Dios te llamó. Lo irás madurando como discípulo de Jesús, aprendiendo a unir tu voluntad a la suya y creciendo en su amistad. Serás misionero fiel de esa experiencia de vida y de comunión que recibes de él, siendo 'misericordioso y compasivo, cercano a tu pueblo y servidor de todos, particularmente de los que sufren grandes necesidades'. Consciente de tus limitaciones -como nos recuerda Aparecida- intégrate con gusto a nuestro presbiterio y colabora en todo para que vayamos desempeñando nuestro ministerio en forma comunitaria y como tarea colectiva".
"Con permanente alegría y verdadera caridad continúa la misión de Cristo Sacerdote, no buscando tus intereses sino los de Jesucristo. Procura congregar a los fieles en una sola familia, animada por el Espíritu Santo, conduciéndola a Dios por medio de Cristo. Ten siempre presente el ejemplo del Buen Pastor que no vino a ser servido sino a servir y a buscar y salvar lo que estaba perdido". Y confía siempre tu vida y tu sacerdocio a la tierna Madre de Dios, nuestra queridísima Señora de Itatí. Amén", finalizó su reflexión el obispo.
PROMESAS
Terminada la misma, se procedió a las promesas del elegido, donde el consagrado manifestó "querer desempeñar siempre este ministerio, colaborando con la tarea del obispo, desempeñar digna y sabiamente el ministerio de la Palabra y en la enseñanza de la fe católica, celebrar la Misa y la confesión con piedad y fidelidad, además de obediencia al obispo y sus sucesores", respondiendo a cada pregunta del obispo.
POSTRACION
Acto seguido en señal de súplica y pidiendo que Dios derrame abundantes bendiciones por el ministerio que Fernando inicia, él se postró y los presentes acompañaron en oración cantando las letanías de los santos, donde se muestra a los mismos como modelos de seguimiento de Jesús y que ellos intercedan ante Dios para que le den fuerza y capacidad en este nuevo servicio.
IMPOSICION DE MANOS
La imposición de manos es el gesto principal en la liturgia de la ordenación y se realiza en silencio. Es un signo de confianza interior en el actuar callado del Espíritu Santo. Fueron imponiéndole las manos sobre la cabeza los sacerdotes que estuvieron acompañando a Fernando en este día.
Otro de los momentos importantes del ritual fue el acto de revestir al nuevo sacerdote con la estola y la casulla, a cargo de dos sacerdotes de la diócesis.
Seguidamente el obispo le ungió las manos con el Santo Crisma, en señal de que sus manos quedan consagradas para servir los planes de Dios de traer Vida a sus hijos.
Ana Francini y Oreste Romero, los padres de Fernando, junto a Edgardo su hermano, acercaron al altar el pan y el vino.
Luego de la Liturgia Eucarística y del rito de la Comunión, el presbítero recién ordenado dirigió unas palabras. También recibió varios presentes y cartas de salutación.
Culminada la ceremonia, en el Club Atlético se festejó la ordenación de Fernando con una cena comunitaria, donde el sacerdote compartió un momento de felicidad junto a los invitados.
FUENTE: Diario El Libertador