Los dirigidos por Basile igualaron 1 a 1 con Perú. Esteban Cambiasso, a los 37 minutos del segundo tiempo marcó el primer gol del partido, pero Fano, en tiempo de descuento, puso justicia en el marcador.
El partido se jugó ante una multitud en el estadio Monumental, de Lima, con un regular arbitraje del paraguayo Carlos Amarilla.
Argentina jugó mal, no tuvo fútbol, no tuvo juego, y una “corajeada” de Fernando Gago y la astucia de Cambiasso dentro del área casi le permitieron llevarse tres puntos, pero pagó caro su avaricia y por eso sufrió un empate que tuvo sabor a derrota.
Argentina salió a jugar con esquema similar al que presentó ante Paraguay, es decir, con tres hombres en el fondo, cuatro volantes delante de la defensa, Juan Román Riquelme de enganche, con Lionel Messi y Sergio Agüero.
Claro, que este equipo tenía características más defensivas, porque en lugar de un hombre de ataque y punzante como Angel Di María, Alfio Basile puso en cancha a Jonás Gutiérrez, para tener más presencia a la hora de la marca.
Pero como en este seleccionado argentino, gane, pierda o empate, es todo confusión, porque el mensaje del cuerpo técnico no es claro, todo se modificó cuando se lesionó Jonás Gutiérrez, quien con una luxación en su hombro izquierdo tuvo que dejar la cancha y el que ingresó en su lugar no fue Di María sino que fue Sebastián Battaglia.
El volante de Boca se paró para jugar como volante por derecha, retrasando de ese modo al fondo a Javier Zanetti y Argentina pasó a formar con una línea de cuatro, con Daniel Díaz corriéndose a marcar punta por la izquierda.
Con esa modificación Basile mandó todo un mensaje, para los de adentro y para los de afuera y en ataque todo pasó a depender de los apagados Riquelme y Messi.
El primer tiempo de Argentina fue tan confuso y tan malo que no hizo una sola jugada con peligro y Sergio Agüero se convirtió en una especie de “llanero solitario”, porque nunca tuvo compañía ni de Messi ni de los volantes.
A los peruanos les alcanzó en la primera etapa con la categoría de Nolberto Solano para manejar la pelota, pero sin generar situaciones de riesgo en el arco defendido por Juan Pablo Carrizo.
Sin pena ni gloria se fueron los primeros 45 minutos, donde se pudo ver a un Basile preocupado, sin encontrarle la vuelta a un partido que había pensando de una manera pero que ante el primer contratiempo, por la lesión de Gutiérrez, cambió todo, sin que esto surja efecto.
En el segundo tiempo el seleccionado argentino se plantó de otra manera en la cancha, con los volantes más adelantados y así Agüero pasó a estar más acompañdos.
Argentina tardó casi una hora de partido en hilvanar una buena jugada en ataque, porque recién a los 13 minutos pudo llegar tocando al arco defendido por Leao Butrón, con un pase de Messi para Riquelme, quien después de hacer una pausa perfecta habilitó a Cambiasso, quien desbordó, enviando un centro rasante que pudieron desviar los locales cuando Agüero estaba para marcar.
En ese momento que Argentina se llevaba por delante a los dirigidos por el “Chemo” Del Solar, pero los peruanos respondieron y a los 20 minutos Daniel Chávez tuvo el gol con un remate estando dentro del área pero Carrizo salvó de manera extraordinaria.
Y después de esa jugada tuvo el gol Johan Fano, quien conectó de cabeza un buen centro de Juan Vargas, pero otra vez Carrizo salvó al arco argentino.
Basile mandó a la cancha a Germán Denis, reemplazando a Agüero, y el ex delantero de Independiente tuvo su chance, casi dentro del área chica, pero Zambrano cruzó justo para evitar que el remate se metiera dentro del arco.
Los minutos finales del segundo tiempo fueron de lo mejor del partido, porque los dos comenzaron a inquietar y el que acertó fue el equipo argentino, a través de Cambiasso, quien luego de un buen desborde de Fernando Gago, se anticipó a todos para marcar el gol.
Cuando Argentina se preparaba para festejar la victoria, apareció Vargas, para desbordar otra vez por izquierda, enviando un centro rasante, que Fano envió al fondo de la red, sin que nada pueda hacer Carrizo, para provocar el delirio de todos los peruanos, quienes festejaron el empate en la última jugada del encuentro como si fuera una victoria.
Argentina jugó mal, no tuvo fútbol, no tuvo juego, y una “corajeada” de Fernando Gago y la astucia de Cambiasso dentro del área casi le permitieron llevarse tres puntos, pero pagó caro su avaricia y por eso sufrió un empate que tuvo sabor a derrota.
Argentina salió a jugar con esquema similar al que presentó ante Paraguay, es decir, con tres hombres en el fondo, cuatro volantes delante de la defensa, Juan Román Riquelme de enganche, con Lionel Messi y Sergio Agüero.
Claro, que este equipo tenía características más defensivas, porque en lugar de un hombre de ataque y punzante como Angel Di María, Alfio Basile puso en cancha a Jonás Gutiérrez, para tener más presencia a la hora de la marca.
Pero como en este seleccionado argentino, gane, pierda o empate, es todo confusión, porque el mensaje del cuerpo técnico no es claro, todo se modificó cuando se lesionó Jonás Gutiérrez, quien con una luxación en su hombro izquierdo tuvo que dejar la cancha y el que ingresó en su lugar no fue Di María sino que fue Sebastián Battaglia.
El volante de Boca se paró para jugar como volante por derecha, retrasando de ese modo al fondo a Javier Zanetti y Argentina pasó a formar con una línea de cuatro, con Daniel Díaz corriéndose a marcar punta por la izquierda.
Con esa modificación Basile mandó todo un mensaje, para los de adentro y para los de afuera y en ataque todo pasó a depender de los apagados Riquelme y Messi.
El primer tiempo de Argentina fue tan confuso y tan malo que no hizo una sola jugada con peligro y Sergio Agüero se convirtió en una especie de “llanero solitario”, porque nunca tuvo compañía ni de Messi ni de los volantes.
A los peruanos les alcanzó en la primera etapa con la categoría de Nolberto Solano para manejar la pelota, pero sin generar situaciones de riesgo en el arco defendido por Juan Pablo Carrizo.
Sin pena ni gloria se fueron los primeros 45 minutos, donde se pudo ver a un Basile preocupado, sin encontrarle la vuelta a un partido que había pensando de una manera pero que ante el primer contratiempo, por la lesión de Gutiérrez, cambió todo, sin que esto surja efecto.
En el segundo tiempo el seleccionado argentino se plantó de otra manera en la cancha, con los volantes más adelantados y así Agüero pasó a estar más acompañdos.
Argentina tardó casi una hora de partido en hilvanar una buena jugada en ataque, porque recién a los 13 minutos pudo llegar tocando al arco defendido por Leao Butrón, con un pase de Messi para Riquelme, quien después de hacer una pausa perfecta habilitó a Cambiasso, quien desbordó, enviando un centro rasante que pudieron desviar los locales cuando Agüero estaba para marcar.
En ese momento que Argentina se llevaba por delante a los dirigidos por el “Chemo” Del Solar, pero los peruanos respondieron y a los 20 minutos Daniel Chávez tuvo el gol con un remate estando dentro del área pero Carrizo salvó de manera extraordinaria.
Y después de esa jugada tuvo el gol Johan Fano, quien conectó de cabeza un buen centro de Juan Vargas, pero otra vez Carrizo salvó al arco argentino.
Basile mandó a la cancha a Germán Denis, reemplazando a Agüero, y el ex delantero de Independiente tuvo su chance, casi dentro del área chica, pero Zambrano cruzó justo para evitar que el remate se metiera dentro del arco.
Los minutos finales del segundo tiempo fueron de lo mejor del partido, porque los dos comenzaron a inquietar y el que acertó fue el equipo argentino, a través de Cambiasso, quien luego de un buen desborde de Fernando Gago, se anticipó a todos para marcar el gol.
Cuando Argentina se preparaba para festejar la victoria, apareció Vargas, para desbordar otra vez por izquierda, enviando un centro rasante, que Fano envió al fondo de la red, sin que nada pueda hacer Carrizo, para provocar el delirio de todos los peruanos, quienes festejaron el empate en la última jugada del encuentro como si fuera una victoria.