El cantautor chamamecero Roberto Galarza fue despedido esta mañana por familiares, amigos, colegas y admiradores en el anfiteatro Cocomarola, donde se vivió una emotiva ceremonia de lágrimas, chamamé y sapucay en la partida del cortejo fúnebre hasta el cementerio que está camino a la localidad de Santa Ana.
El “Zorzal de Corrientes” recibió todos los atributos del mundo chamameceros en una mañana que congregó a músicos que interpretaron varios temas en su homenaje. Naturalmente “Volver en Guitarra”, su canción más famosa, fue el himno para la despedida sobre el escenario principal del chamamé en Corrientes.
Galarza falleció ayer a la mañana, después de cinco días de estar internado en el hospital Escuela por un grave problema de salud del que no pudo recuperarse. Con dolor, la familia chamamecera le rindió tributo en el último adiós en el que no faltaron los sapucay salidos desde las entrañas de sus colegas.
Paquito Aranda, Soriano Sosa, Ricardo Scófano, Coqui Marola, Bruno Mendoza, Simón de Jesús Palacios, el hijo de Roberto, Matías Galarza, y uno de los integrantes del mítico grupo Los Hermanos Barrios, fueron algunos de los tantos musiqueros que fueron a despedir al colega y amigo.
Varios temas sonaron en la despedida de Galarza, de 76 años, entre los que no faltaron “Kilómetro 11” y “La Calandria”, como tampoco un tributo especial con un sentido recitado con fondo chamamecero a cargo de “Cholo” Insaurralde, titulado “El Zorzal del Litoral”.
En el Cocomarola, sobre las gradas, también se acercaron admiradores de Galarza para darle su despedida, en silencio y sin quitar la mirada sobre el escenario. “Fue un gran músico y un grande del chamamé”, dijo Rosa, una señora mayor que se identificó como “una admiradora y seguidora en los festivales”.
La mujer estaba junto a Susana, otra vecina de la zona que se llegó hasta el anfiteatro: “Se fue un grande realmente, un gran poeta y musiquero”, resaltó en diálogo con Agencia Corrientes. Ambas caminaron y aplaudieron junto al féretro del chamamecero que, a las 10:45, fue llevado al cementerio “Parque del Recuerdo”.
Antes, el escritor Pedro Ranaletti tuvo a su cargo las palabras de despedidas. “Vengo a despedir al amigo y colega con profundo respecto, como todos les tenían. Hoy te digo adiós Roberto; hoy te vas a descansar en paz”, dijo en el inicio de su discurso.
“En estas palabras trato de plasmar lo que todos sentimos, desde los amigos y hasta el más anónimo que no tuvieron la suerte de conocerlo personalmente pero que lo llevan en el corazón, que es el premio mayor para un cantor”, destacó y agregó: “Esto es el mayor valor de una persona en este mundo egoísta”.
Ranaletti también reclamo “que los gobiernos miren más a los que llevan la cultura adentro, para darle el auténtico valor. Cuando él lo necesitó realmente debería haber estado”, dijo.
En otro tramo de su alocución, seguida con un atento silencio que por momento se quebraba con fuertes aplausos, Ranaletti afirmó que “hoy lo despido, porque Roberto estará siempre. Un autor no muere porque deja su obra que otros lo llevarán para siempre”, acentuó.
Pasadas las 10:45 resonaron los últimos temas chamameceros, antes de partir de la caravana hasta el cementerio, donde cerca de las 12 se inhumaron sus restos. También con todos los atributos del mundo del chamamé: lágrimas, música y chamamé de los amigos y colegas.
Galarza falleció ayer a la mañana, después de cinco días de estar internado en el hospital Escuela por un grave problema de salud del que no pudo recuperarse. Con dolor, la familia chamamecera le rindió tributo en el último adiós en el que no faltaron los sapucay salidos desde las entrañas de sus colegas.
Paquito Aranda, Soriano Sosa, Ricardo Scófano, Coqui Marola, Bruno Mendoza, Simón de Jesús Palacios, el hijo de Roberto, Matías Galarza, y uno de los integrantes del mítico grupo Los Hermanos Barrios, fueron algunos de los tantos musiqueros que fueron a despedir al colega y amigo.
Varios temas sonaron en la despedida de Galarza, de 76 años, entre los que no faltaron “Kilómetro 11” y “La Calandria”, como tampoco un tributo especial con un sentido recitado con fondo chamamecero a cargo de “Cholo” Insaurralde, titulado “El Zorzal del Litoral”.
En el Cocomarola, sobre las gradas, también se acercaron admiradores de Galarza para darle su despedida, en silencio y sin quitar la mirada sobre el escenario. “Fue un gran músico y un grande del chamamé”, dijo Rosa, una señora mayor que se identificó como “una admiradora y seguidora en los festivales”.
La mujer estaba junto a Susana, otra vecina de la zona que se llegó hasta el anfiteatro: “Se fue un grande realmente, un gran poeta y musiquero”, resaltó en diálogo con Agencia Corrientes. Ambas caminaron y aplaudieron junto al féretro del chamamecero que, a las 10:45, fue llevado al cementerio “Parque del Recuerdo”.
Antes, el escritor Pedro Ranaletti tuvo a su cargo las palabras de despedidas. “Vengo a despedir al amigo y colega con profundo respecto, como todos les tenían. Hoy te digo adiós Roberto; hoy te vas a descansar en paz”, dijo en el inicio de su discurso.
“En estas palabras trato de plasmar lo que todos sentimos, desde los amigos y hasta el más anónimo que no tuvieron la suerte de conocerlo personalmente pero que lo llevan en el corazón, que es el premio mayor para un cantor”, destacó y agregó: “Esto es el mayor valor de una persona en este mundo egoísta”.
Ranaletti también reclamo “que los gobiernos miren más a los que llevan la cultura adentro, para darle el auténtico valor. Cuando él lo necesitó realmente debería haber estado”, dijo.
En otro tramo de su alocución, seguida con un atento silencio que por momento se quebraba con fuertes aplausos, Ranaletti afirmó que “hoy lo despido, porque Roberto estará siempre. Un autor no muere porque deja su obra que otros lo llevarán para siempre”, acentuó.
Pasadas las 10:45 resonaron los últimos temas chamameceros, antes de partir de la caravana hasta el cementerio, donde cerca de las 12 se inhumaron sus restos. También con todos los atributos del mundo del chamamé: lágrimas, música y chamamé de los amigos y colegas.