El diputado provincial Manuel Aguirre (oriundo de Saladas) se hizo eco de la preocupación y denuncia de los vecinos. La obra habría sido realizada por un productor para abastecer de agua su sembradío. El lunes habría respuestas.
Un grupo de vecinos de los parajes Galarcita, Monte Grande, Pehuajó, Los Vence, Ramones y Empedrado Limpio, pertenecientes y aledaños a San Luis del Palmar, visitaron al diputado provincial Manuel Aguirre para transmitirle su preocupación por las obras de canalización realizadas en Laguna Tataré.
Como consecuencia, el legislador realizó una presentación ante el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente solicitando un pedido de informe. “Me respondieron que el lunes, a más tardar, tendríamos una respuesta sobre el particular”, dijo Aguirre a “época”.
“Más allá de la cuestión puntual, me parece importante que los pobladores se movilicen ante una situación como ésta. No debemos perder de vista que no sólo se está pasando por encima de los derechos de los demás, sino que también se está atentando contra el equilibrio del medio ambiente”, puntualizó el legislador.
En ese sentido, la nota remitida al organismo provincial indica que: “Conforme a reclamos efectuados por pobladores de los Parajes Galarcita, Monte Grande, Pehuajó, Los Vence, Ramones y Empedrado Limpio -que se abastecen del agua natural proveniente de la Laguna Tataré a través de un canal conocido como Estero Longaniza-, en un campo de propiedad del señor Omar Senosiain, se están realizando obras de canalización que rodean la laguna en dirección al Paraje Manantiales en el Departamento de Mburucuyá, además de las obras de profundización del canal ya existente en dirección a ella”. Según fundamenta la nota de Aguirre, si se sigue el artículo 50 de la Constitución de la Provincia, antes de iniciar dichas obras se debiera haber informado a toda la población del lugar del impacto que se podría causar sobre el medio-ambiente, a fin de que participen en la toma de decisiones, conforme la Ley vigente.
Aguirre sostiene que “la alteración del curso y abastecimiento del agua de la Laguna Tataré producirá una alteración del sistema de provisión de aguas de las mencionadas localidades, además del grave daño ecológico que afectación del régimen de aguas puede ocasionar en la región, por lo tanto resulta urgente e indispensable que se informe tanto sobre la obra ya realizada como a realizarse, el instrumento de autorización y el estudio previo realizado sobre el impacto ambiental”.
La denuncia en “época”
En la edición del pasado 23 de enero, este medio reflejó la preocupación de los vecinos ante la obra de canalización, que, como consecuencia, los estaba dejando sin el líquido vital para la vida. En la denuncia, los pobladores de la zona aseguraban que era un productor, propietario de unas 800 hectáreas plantadas con arroz, quien llevó a cabo, sin autorización alguna de los organismos competentes, una obra de canalización de las aguas de la Laguna Tataré, con el fin de abastecer de riego permanente a su producción. Los vecinos aseguraron que la obra habría tenido directa incidencia en el cauce del arroyo Empedrado, desembocadura natural.
Como consecuencia, el legislador realizó una presentación ante el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente solicitando un pedido de informe. “Me respondieron que el lunes, a más tardar, tendríamos una respuesta sobre el particular”, dijo Aguirre a “época”.
“Más allá de la cuestión puntual, me parece importante que los pobladores se movilicen ante una situación como ésta. No debemos perder de vista que no sólo se está pasando por encima de los derechos de los demás, sino que también se está atentando contra el equilibrio del medio ambiente”, puntualizó el legislador.
En ese sentido, la nota remitida al organismo provincial indica que: “Conforme a reclamos efectuados por pobladores de los Parajes Galarcita, Monte Grande, Pehuajó, Los Vence, Ramones y Empedrado Limpio -que se abastecen del agua natural proveniente de la Laguna Tataré a través de un canal conocido como Estero Longaniza-, en un campo de propiedad del señor Omar Senosiain, se están realizando obras de canalización que rodean la laguna en dirección al Paraje Manantiales en el Departamento de Mburucuyá, además de las obras de profundización del canal ya existente en dirección a ella”. Según fundamenta la nota de Aguirre, si se sigue el artículo 50 de la Constitución de la Provincia, antes de iniciar dichas obras se debiera haber informado a toda la población del lugar del impacto que se podría causar sobre el medio-ambiente, a fin de que participen en la toma de decisiones, conforme la Ley vigente.
Aguirre sostiene que “la alteración del curso y abastecimiento del agua de la Laguna Tataré producirá una alteración del sistema de provisión de aguas de las mencionadas localidades, además del grave daño ecológico que afectación del régimen de aguas puede ocasionar en la región, por lo tanto resulta urgente e indispensable que se informe tanto sobre la obra ya realizada como a realizarse, el instrumento de autorización y el estudio previo realizado sobre el impacto ambiental”.
La denuncia en “época”
En la edición del pasado 23 de enero, este medio reflejó la preocupación de los vecinos ante la obra de canalización, que, como consecuencia, los estaba dejando sin el líquido vital para la vida. En la denuncia, los pobladores de la zona aseguraban que era un productor, propietario de unas 800 hectáreas plantadas con arroz, quien llevó a cabo, sin autorización alguna de los organismos competentes, una obra de canalización de las aguas de la Laguna Tataré, con el fin de abastecer de riego permanente a su producción. Los vecinos aseguraron que la obra habría tenido directa incidencia en el cauce del arroyo Empedrado, desembocadura natural.