Ferro se impuso en el show de las expulsiones

A segunda hora del domingo y completando la 1º Fecha del Apertura 2009 Ferroviario venció una vez más en un partidazo a su par de Don Bosco que sigue sin poder ganarle. El marcador fue por 3-1 a favor de los del barrio Estación y tuvo como matiz principal un hecho record en los últimos años del fútbol saladeño: Ocho expulsados. Aldo Prisco (dos goles) fue la figura del Tren Verde y del partido.
Típico de cada debut en un torneo y sobre todo cuando se vierte mucha expectativa en algunos equipos en particular, dió como resultado el gran encuentro disputado entre los dos ascendidos finalizando la tarde del domingo. Un poco estudiado al comienzo, con un dominio de terreno repartido en dos tiempos y donde Ferro terminó golpeando en los momentos clave.

Don Bosco tuvo cierta superioridad en el arranque de la historia, no permitió ni si quiera que Ferroviario pasará la mitad de la cancha y mantuvo el control constante de la pelota en lo primeros 30 minutos de juego. De hecho, a los 22´, llegó la apertura del marcador tras un pelotazo largo para Williams Esquivel, que se arremetió por la derecha y aprovechó un error del arquero Fernández que no tuvo comunicación con el central Pinat.

Fue eso todo lo de Esquivel, por que luego, Eduardo Pinat le propuso una marca férrea que no le dió tiempo si quiera a tocar el balón. Para colmo, Ferroviario también tuvo que lamentar la expulsión de Félix Ocampo, lo que lo dejaba con un panorama en contra.

En el complemento la historia cambió, Ferro salió con toda la intención de empatar el partido, pero al igual que Don Bosco sin imaginar lo que vendría: el show de las expulsiones.

A los 3 minutos, Martín “El Colo” Franco lo atendió abajo a Raúl Altamirano y Grand le mostró la roja. Seis más tarde llegaría la igualdad a través del sanlorenceño Aldo Prisco, que recibió un centro desde la izquierda y entrando solo por el medio definió como los mejores ante la salida de Roubineau.

Desde allí, el Tren Verde, marcó una superioridad sobre Don Bosco yendo en desventaja y emparejándose el compromiso a cada instante, producto de las expulsiones. La tarea del Tino Fernández en el arco también fue clave, ya que tuvo un par de tapadas en los momentos más calientes que le dieron más confianza y se asegura prácticamente la titularidad.

El 2-1 llegó desde los doce pasos y otra vez en los pies del Gordo Prisco, que cruzó el disparo a la derecha de Roubineau. Antes afuera: Santiago Vallejos por exceso verbal y Pablo Montanar por último recurso, desde allí vino el penal.

El último tanto del cotejo fue sobre la hora y lo convirtió Carlos Almirón de cabeza con el arco libre, tras un centro de Lisandro Fernández desde la derecha. Con siete hombre cada equipo y una vez el triunfo para los de Portillo, Adrián Grand dió por finalizada la historia.

SINTESIS
Ferroviario (3): Raúl Fernández; Claudio Fernández, Daniel Godoy (c), Eduardo Pinat y Félix Ocampo; Sergio Torres, Walter Fernández, Raúl Altamirano y Walter Pereira; Victoriano Flores y Aldo Prisco. DT: Ricardo Portillo.
Don Bosco (1): Sebastian Roubineau; Elio Arriola, Santiago Vallejos, Darío Acosta (c) y Saúl Zalazar; Rodrigo Vallejos, Martín Franco y Williams Esquivel; Pablo Yaya; Paúl Arriola y Juan Fernando Sotelo. DT: Pablo Vallejos.

Goles: W. Esquivel (D.B.) 22´ PT. – A. Prisco (F) 9´ y 34´ (de penal), C. Almirón (F) 44´ ST.
Cambios: Juan Carlos Fernández por W. Pereira (F), Carlos Almirón por R. Altamirano (F), Pablo Montanar por P. Yaya (D.B.), Leonardo Aranda por S. Torres (F), Francisco Gómez por W. Esquivel (D.B.), Lisandro Fernández por V. Flores (F), Carlos Silva por J. Sotelo (D.B.) y Marcelo Benítez por Saúl Zalazar (D.B.).
Incidencias: Expulsados; F. Ocampo por conducta antideportiva, C. Fernández por exceso verbal, E. Pinat por exceso verbal y L. Aranda por juego brusco, todos en Ferroviario. M. Franco por juego brusco, S. Vallejos por conducta antideportiva, D. Acosta por juego brusco y P. Montanar por último recurso.
Árbitro: Adrián Grand – Líneas: Miguel Romero y Alberto Vargas.
Cancha: Estadio Ramón Filomeno Verón.


Por Cesar González Francini