La noche correntina se convirtió en el escenario perfecto para contar, desde las tablas del Anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola, la historia de Jesús de Nazareth. Con un elenco de primera línea, encabezado por Juan Rodó (Drácula, El Jorobado de París, Otelo) en la piel de Jesucristo y Marisol Otero (La Bella y La Bestia, el Gato en el Tejado) como la Virgen María, más de dos mil personas recibieron la Pascua cristiana disfrutando de un espectáculo excepcional.
Con Ángel Mahler interpretando en vivo su creación musical, acompañado por la percusión sinfónica de Guillermo Masutti (percusionista oficial del Teatro Colón), completaron el cuadro perfecto con más de cincuenta artistas en escena, entre los que se cuentan actores, bailarines y cantantes.
El inicio lo marcó la Obertura, seguida por cuadro del Nacimiento, con la voz de María (Marisol Otero) que con dulzura acunaba a un Niño Dios de carne y hueso que no dejaba quieta sus manitos y hasta llegó a producir algunos ruidos en el micrófono de la artista.
Entre los cuadros más emotivos de la noche se pueden contar el Padre Nuestro, La Última Cena, El Llanto de Pedro y el Vía Crucis, entre otros. Un párrafo aparte merecen los cuadros de Jesús o Barrabás cuando el pueblo judío se mezcla con el público y elige la condena del Nazareno.
Con La Piedad, La Resurrección y la Canción Final, se marca el cierre de un espectáculo de gran jerarquía que llegó a Corrientes de la mano de Lumen en un esfuerzo de producción privada.
Agradecimientos y bendición
Después del saludo de los artistas, subió al escenario Carlos Abregú (creador y director de la obra), donde mencionó el trabajo de quienes están detrás de bambalinas y son tan protagonistas como quienes ponen el cuerpo, la voz y el alma sobre el escenario. Además, agradeció la presencia del arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, quien presenció la obra desde la primera fila del anfiteatro.
También, estuvo el asesor pastoral de Buenos Aires por una Nueva Evangelización (Banuev), fray Sauro Ceccarelli, quien ahora presta sus servicios pastorales en la comunidad correntina de Pompeya.
Finalmente, monseñor Andrés subió al escenario para felicitar a los artistas y dio la bendición a todos los correntinos que recibieron la Pascua en el Anfiteatro correntino.
PRENSA - Jesús de Nazareth
El inicio lo marcó la Obertura, seguida por cuadro del Nacimiento, con la voz de María (Marisol Otero) que con dulzura acunaba a un Niño Dios de carne y hueso que no dejaba quieta sus manitos y hasta llegó a producir algunos ruidos en el micrófono de la artista.
Entre los cuadros más emotivos de la noche se pueden contar el Padre Nuestro, La Última Cena, El Llanto de Pedro y el Vía Crucis, entre otros. Un párrafo aparte merecen los cuadros de Jesús o Barrabás cuando el pueblo judío se mezcla con el público y elige la condena del Nazareno.
Con La Piedad, La Resurrección y la Canción Final, se marca el cierre de un espectáculo de gran jerarquía que llegó a Corrientes de la mano de Lumen en un esfuerzo de producción privada.
Agradecimientos y bendición
Después del saludo de los artistas, subió al escenario Carlos Abregú (creador y director de la obra), donde mencionó el trabajo de quienes están detrás de bambalinas y son tan protagonistas como quienes ponen el cuerpo, la voz y el alma sobre el escenario. Además, agradeció la presencia del arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, quien presenció la obra desde la primera fila del anfiteatro.
También, estuvo el asesor pastoral de Buenos Aires por una Nueva Evangelización (Banuev), fray Sauro Ceccarelli, quien ahora presta sus servicios pastorales en la comunidad correntina de Pompeya.
Finalmente, monseñor Andrés subió al escenario para felicitar a los artistas y dio la bendición a todos los correntinos que recibieron la Pascua en el Anfiteatro correntino.
PRENSA - Jesús de Nazareth