Parecería ser que el Concejo Deliberante de esta ciudad esta de receso, es que hace ya varias sesiones que no avanzan en sus tareas legislativas por “no haber temas” para tratar, como si la ciudad estuviera en su mejor momento. Aquellos en los que usted depositó su confianza, hoy defraudan a más no poder.
Falta un buen tiempo todavía para que llegue el receso invernal y muchos meses para que el verano y el sol radiante vuelvan a decir presente y así todos poder tomarnos unas merecidas vacaciones, incluidos nuestros políticos, los cuales parece que decidieron tomarse sus buenos días de descanso por adelantado.
Se reúnen en comisión un día predeterminado, cocinan los temas antes que usted se entere y decida ir a escuchar a ver de qué se trata y sesionan una vez por semana. Ese es el gran trabajo que realizan nuestros queridos concejales, los cuales se llevan abultadas sumas de dineros por mes a su bolsillo por un trabajo que no les saca callos en las manos, tampoco los quema el sol, ni se les descuentan los días que no asisten a sesionar y no pasan ningún tipo de malestar como cualquier trabajador “raso”.
Hace por lo menos tres sesiones que los ediles de Saladas no avanzan en temas urgentes que beneficien a la ciudad, y si se retrasan y pelean en cuestiones políticas que les beneficia solamente a algunos pocos que rodean la mesa.
Desde la oposición conformada por los concejales Pisarello, Olivera, Pérez, González, Sotelo y Niveiro resaltan que el “señor veto”, así lo apodaron al intendente Alterats, devuelve todas las ordenanzas presentadas por este bloque de concejales, que luego sin tener los dos tercios de los votos terminan perdiendo el proyecto presentado. Conclusión para que presentar un proyecto si es en vano.
Desde el oficialismo conformado por los concejales Almirón, Meza, Yaya, Espíndola y Herrero comentan que presentan proyectos en demasía, pero como tienen minoría en las comisiones y pierden a la hora de votar, dicho proyecto queda cajoneado para luego pasar a archivo. Conclusión para que presentar un proyecto si lo cajonean.
Entones los ediles deciden ir a leer las correspondencias enviadas por las instituciones públicas o privadas de la ciudad, escuchar el resultado del acta anterior y luego volver a casa a descansar para la próxima sesión dentro de una semana.
Mientras tanto el pueblo sigue con la ilusión que en algún momento, a alguno de ellos se les va a caer una idea que sea beneficiosa para una barriada o por que no para la ciudad, pero por ahora no, y hay que seguir esperando que este milagro ocurra.
Si les digo que estos mismos que ahora van al edificio del concejo solo a jugar al “solitario” en la computadora que la pagamos todos, muy pronto estarán golpeando la puerta de su casa pidiéndoles que les ayude con su voto y ese sería un buen momento para preguntarles que hicieron en estos años de gestión.
Se reúnen en comisión un día predeterminado, cocinan los temas antes que usted se entere y decida ir a escuchar a ver de qué se trata y sesionan una vez por semana. Ese es el gran trabajo que realizan nuestros queridos concejales, los cuales se llevan abultadas sumas de dineros por mes a su bolsillo por un trabajo que no les saca callos en las manos, tampoco los quema el sol, ni se les descuentan los días que no asisten a sesionar y no pasan ningún tipo de malestar como cualquier trabajador “raso”.
Hace por lo menos tres sesiones que los ediles de Saladas no avanzan en temas urgentes que beneficien a la ciudad, y si se retrasan y pelean en cuestiones políticas que les beneficia solamente a algunos pocos que rodean la mesa.
Desde la oposición conformada por los concejales Pisarello, Olivera, Pérez, González, Sotelo y Niveiro resaltan que el “señor veto”, así lo apodaron al intendente Alterats, devuelve todas las ordenanzas presentadas por este bloque de concejales, que luego sin tener los dos tercios de los votos terminan perdiendo el proyecto presentado. Conclusión para que presentar un proyecto si es en vano.
Desde el oficialismo conformado por los concejales Almirón, Meza, Yaya, Espíndola y Herrero comentan que presentan proyectos en demasía, pero como tienen minoría en las comisiones y pierden a la hora de votar, dicho proyecto queda cajoneado para luego pasar a archivo. Conclusión para que presentar un proyecto si lo cajonean.
Entones los ediles deciden ir a leer las correspondencias enviadas por las instituciones públicas o privadas de la ciudad, escuchar el resultado del acta anterior y luego volver a casa a descansar para la próxima sesión dentro de una semana.
Mientras tanto el pueblo sigue con la ilusión que en algún momento, a alguno de ellos se les va a caer una idea que sea beneficiosa para una barriada o por que no para la ciudad, pero por ahora no, y hay que seguir esperando que este milagro ocurra.
Si les digo que estos mismos que ahora van al edificio del concejo solo a jugar al “solitario” en la computadora que la pagamos todos, muy pronto estarán golpeando la puerta de su casa pidiéndoles que les ayude con su voto y ese sería un buen momento para preguntarles que hicieron en estos años de gestión.