Procedimientos policiales evidenciaron, durante este mes, el incremento del tráfico de estupefacientes en adolescentes entre 14 y 17 años. En Capital se comprobó que, en algunos kioscos, se vendían “porros” como si fueran golosinas.Fuente: Diario época
Cada día, el consumo de drogas ilegales afecta a miles de personas en Corrientes y en especial a jóvenes de entre 14 y 17 años que, en los últimos meses, revelaron incrementos en consumo y comercialización de narcóticos ilegales. Los últimos procedimientos policiales descubrieron nuevamente la vinculación de menores de edad, los más vulnerables de la sociedad, con el uso y abuso de distintos tipos de sustancias estupefacientes. Entre los casos más relevantes están el de un adolescente de 14 años detenido el pasado sábado 5 en una vivienda del barrio Santa Teresita, con gran cantidad de marihuana fraccionada para la venta; y el de tres hermanos, uno de ellos de tan sólo 16 años, que vendían “bochitas” en un kiosco del barrio Ex Aero Club. Otro hecho grave sucedió en Goya en la madrugada del domingo 13, cuando un menor de 17 años quedó detenido por comercializar droga a la salida de un boliche céntrico. Los puntos descritos delatan la insuficiencia de los planes de prevención en la provincia y las limitaciones del sistema educativo para contener y proteger a los jóvenes de los riesgos directos y colaterales de las drogas y sus consecuencias. La falta de contención y el fácil acceso a los estupefacientes son los principales motivos de adicción en jóvenes a temprana edad. Según un relevamiento realizado por el Instituto de Criminalística y Criminología de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) las principales causas que atribuyen los estudiantes secundarios al inicio del consumo de sustancias psicoactivas son por diversión, para pasar el tiempo o por placer. Otros adolescentes lo adjudican a la bebida alcohólica, al machismo, al coraje, a la apariencia de grandeza o a la presión de los problemas que quieren olvidar, entre otros puntos. Según fuentes policiales, los lugares más comunes para el comercio de droga de los menores son las inmediaciones de los colegios, boliches, plazas y los espacios públicos donde concurren los chicos. A pesar de los controles que realizan las fuerzas del orden, esta problemática social está lejos de encontrar una solución y más aun de revertir los altos índices de menores drogadictos. Las campañas de promoción y capacitación son casi inexistentes y en pocos colegios se realizan capacitaciones sobre el tema. Mientras se esperan políticas más efectivas para suprimir el consumo de droga, cientos de jóvenes están hoy iniciándose en el mundo de los narcóticos. Fuente: Diario época