Todos los años antes de que el intendente Daniel Alterats ingrese al recinto de sesiones a dar su discurso a la comunidad, el viceintendente Walter López realiza una Comisión de Interior conformada por concejales, los cuales buscan y escoltan al primer mandatario local hasta el lugar del acto. Este año los radicales decidieron no ser parte de dicha comisión marcando su claro descontento con la gestión municipal y estampando ya una línea divisoria en pleno año eleccionario.
El quiebre y el malestar entre justicialistas y radicales es realmente notorio y ayer en el inicio de sesiones ordinarias quedó evidenciado las diferencias y el malestar que existe en el bloque radical con la gestión de Daniel Alterats.
Cada año se eligen ediles que busquen y escolten al jefe comunal hasta el salón de sesiones para que exprese ante la comunidad la marcha y proyección del gobierno. De un tiempo a esta parte se elijen a las ediles mujeres para que lo escolten, este año no fue así, porque las radicales Natalia Yaya y Ana María Monzón se negaron a hacerlo y en su reemplazo buscaron a Daniel Alterats Graciela Meza, Lucia Sotelo y Francisco Pisarello.
El gran malestar se generó a fines del año pasado cuando se renovaron las autoridades del concejo y Alterats decidió romper relaciones con los radicales sin previo aviso y destronó a Yaya de la presidencia provisoria y colocó al concejal Marcelo Vega en su lugar.
Hasta el momento solo se ponen caras largas, se dan golpes bajos y se acusan mediáticamente entre uno y otro sector con cuestiones menores; pero habrá que ver hasta donde aguantan y si finalmente la sangre no llega al río, ya que desde la gestión Alterats se analiza seriamente echar a todos los funcionarios radicales del gabinete y a empleados que no compartan la ideología del intendente.
Cada año se eligen ediles que busquen y escolten al jefe comunal hasta el salón de sesiones para que exprese ante la comunidad la marcha y proyección del gobierno. De un tiempo a esta parte se elijen a las ediles mujeres para que lo escolten, este año no fue así, porque las radicales Natalia Yaya y Ana María Monzón se negaron a hacerlo y en su reemplazo buscaron a Daniel Alterats Graciela Meza, Lucia Sotelo y Francisco Pisarello.
El gran malestar se generó a fines del año pasado cuando se renovaron las autoridades del concejo y Alterats decidió romper relaciones con los radicales sin previo aviso y destronó a Yaya de la presidencia provisoria y colocó al concejal Marcelo Vega en su lugar.
Hasta el momento solo se ponen caras largas, se dan golpes bajos y se acusan mediáticamente entre uno y otro sector con cuestiones menores; pero habrá que ver hasta donde aguantan y si finalmente la sangre no llega al río, ya que desde la gestión Alterats se analiza seriamente echar a todos los funcionarios radicales del gabinete y a empleados que no compartan la ideología del intendente.