Trabajadores de Radio Urbana 107.1 MHz de esta localidad participaron el día sábado en horas de la mañana del Taller de Cobertura de Temas Judiciales que se dictó en el Área de Desarrollo de Recursos Humanos del Poder Judicial. El encuentro correspondió a una iniciativa del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) y se llevó adelante con el auspicio del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes.
Los periodistas Fabio Moreira, César González y Rodolfo Machado de Radio Urbana 107.1 MHz participaron el sábado en horas de la mañana de un taller sobre cobertura en temas judiciales en el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia. La responsable de disertar sobre el mismo fue la periodista Lorena Maciel, especializada en temas judiciales, planteó la relación entre el Poder Judicial y los medios masivos de difusión como un “matrimonio de hecho”, en el que las partes conviven “sin papeles y con desprolijidades”. Sin embargo, aunque no apuntó al matrimonio, sostuvo que se debiera transitar hacia un camino que respete “ciertas normas o códigos”.
En el diagnóstico de situación elaborado por la periodista figuran el creciente índice de litigiosidad y de demanda de información judicial, el cuestionamiento a los jueces y sus fallos, y a los periodistas y sus informes.
Sintetizó –en ese marco- como principios generales que la información constituye un bien público, y que la información judicial es relevante para la sociedad porque las decisiones judiciales influyen en la vida de los individuos, al tiempo que remarcó que las decisiones de los medios masivos de difusión influyen en la representación de la sociedad respecto de un proceso judicial particular como de la imagen de la justicia en general.
Los obstáculos que aparecen de modo más flagrante en esa relación son la cultura del secretismo (“Los jueces hablan por sus sentencias”, una noción que aún persiste en muchas dependencias); la complejidad del sistema jurídico (y el desconocimiento del periodismo sobre éste sumado a la autocensura, “el periodista a veces no se anima a preguntar por temor a equivocarse”); los tiempos de trabajo diferentes (cierres de edición versus el proceso mismo) y las fallas en la comprensión del discurso jurídico.
Como herramientas señaló la necesidad de contar con una comunicación judicial más eficiente y abierta, la capacitación de los periodistas en temas judiciales y los acuerdos que puedan suscribirse en ese sentido.
Para cerrar propuso alternativas que mejoren la relación en beneficio de la sociedad: la existencia de un vocero (en lo posible en cada dependencia judicial); comunicados de prensa o síntesis informativas diarias y regulares que ofrezcan información de fallos o resoluciones relevantes; la redacción de un glosario para manejo de los comunicadores; la creación de un comité de crisis en el seno del Poder Judicial para analizar el modo de abordar los casos complejos, más compromiso y responsabilidad por parte de los periodistas y más disposición comunicativa por parte de los jueces, y la realización de charlas informativas conjuntas.
“El medio, por una cuestión de agenda, está obligado a informar. Si no consigue datos de la justicia, hablará con las partes o con la policía, que ofrecen versiones parcializadas de la realidad” dijo.
Maciel se mostró en desacuerdo de las expresiones que enuncian que “No hay justicia” en Argentina. "La hay, porque hay procesos judiciales, lo que no quiere decir que yo esté de acuerdo con las decisiones tomadas” advirtió.
En el diagnóstico de situación elaborado por la periodista figuran el creciente índice de litigiosidad y de demanda de información judicial, el cuestionamiento a los jueces y sus fallos, y a los periodistas y sus informes.
Sintetizó –en ese marco- como principios generales que la información constituye un bien público, y que la información judicial es relevante para la sociedad porque las decisiones judiciales influyen en la vida de los individuos, al tiempo que remarcó que las decisiones de los medios masivos de difusión influyen en la representación de la sociedad respecto de un proceso judicial particular como de la imagen de la justicia en general.
Los obstáculos que aparecen de modo más flagrante en esa relación son la cultura del secretismo (“Los jueces hablan por sus sentencias”, una noción que aún persiste en muchas dependencias); la complejidad del sistema jurídico (y el desconocimiento del periodismo sobre éste sumado a la autocensura, “el periodista a veces no se anima a preguntar por temor a equivocarse”); los tiempos de trabajo diferentes (cierres de edición versus el proceso mismo) y las fallas en la comprensión del discurso jurídico.
Como herramientas señaló la necesidad de contar con una comunicación judicial más eficiente y abierta, la capacitación de los periodistas en temas judiciales y los acuerdos que puedan suscribirse en ese sentido.
Para cerrar propuso alternativas que mejoren la relación en beneficio de la sociedad: la existencia de un vocero (en lo posible en cada dependencia judicial); comunicados de prensa o síntesis informativas diarias y regulares que ofrezcan información de fallos o resoluciones relevantes; la redacción de un glosario para manejo de los comunicadores; la creación de un comité de crisis en el seno del Poder Judicial para analizar el modo de abordar los casos complejos, más compromiso y responsabilidad por parte de los periodistas y más disposición comunicativa por parte de los jueces, y la realización de charlas informativas conjuntas.
“El medio, por una cuestión de agenda, está obligado a informar. Si no consigue datos de la justicia, hablará con las partes o con la policía, que ofrecen versiones parcializadas de la realidad” dijo.
Maciel se mostró en desacuerdo de las expresiones que enuncian que “No hay justicia” en Argentina. "La hay, porque hay procesos judiciales, lo que no quiere decir que yo esté de acuerdo con las decisiones tomadas” advirtió.