Luego de tres días de viaje desde diversos puntos del país, unos 5.000 campesinos y chacareros (menos de 2.000 según la Policía Federal) reclamaron ayer en Plaza de Mayo políticas diferenciales que les permitan seguir dentro del circuito productivo y eviten una mayor concentración y extranjerización en el agro.
Hay realidades muy distintas de las que quieren instalar quienes dicen que al campo le va bien, dijo Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria, frente a un público que no estaba formado por prósperos estancieros en 4x4 sino por un curioso collage entre el rubio de los "gringos" pampeanos y el morocho de los campesinos del norte. Algunos de los manifestantes llegaban por primera vez en su vida a Buenos Aires. La prueba la dieron tres mujeres de los esteros del Iberá, que se abrieron de la marcha antes de su arremetida del Congreso a Plaza de Mayo. Se desvivían por hacer ese trayecto en subte. La primera marcha por el desarrollo rural, que se inició el lunes en once provincias, pretendía advertir al Gobierno sobre la necesidad de aplicar políticas que permitan a la gente del interior enfrentar el avance de lo que Buzzi denominó "la agricultura sin rostro". Desde arriba de un camión, el dirigente explicó que sólo 3% de las empresas agrícolas manejan 75% de la soja, mientras que 8.000 ganaderos son dueños de 25 millones de vacunos, la mitad del rodeo total. "Frente a esta situación, hay 250.000 pequeños y medianos productores que hoy tenemos las perspectivas cercenadas", enfatizó. Flanqueado por el líder de la CTA, Víctor de Genaro, el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, la monja Marta Pelloni y el cineasta Fernando Solanas, Buzzi criticó la falta de respuestas del Gobierno a esta problemática. Puso un ejemplo: recordó que cuando todavía era candidato, Néstor Kirchner prometió una aún inconclusa refinanciación de las deudas con el Banco Nación. Fuente: Clarin