Una áspera carrera fue la que entrego la Monomarca 128 en su quinta fecha, disputada el último 22 de agosto en Resistencia. El piloto de Saladas logró la pole position en clasificación y terminó tercero en la clasificatoria. Pero en la final fue protagonista de un incidente y víctima de varios choques que lo complicaron demasiado.
La quinta fecha de la Monomarca Fiat 128, que se corrió en el autódromo Santiago Yaco Guarnieri, fue de mayor a menor para el piloto de Saladas, Luís Escobar. Cabe recordar que toda la actividad puntable se llevo a cabo el lunes 22 de agosto, aprovechando el feriado nacional.
Con un parque automotor de 23 unidades, se desarrollaron dos tandas de entrenamientos libres antes de la clasificación, y en ellas, el piloto saladeño padeció con una falla que después se solucionó reemplazando la bomba de combustible.
En la clasificación fue otra la historia, ya que al esfumarse el percance, el piloto pudo plasmar en la pista el potencial neto de su impulsor y la docilidad de un chasis que estrenaba cuatro amortiguadores nuevos. Ocho vueltas fueron las que utilizó Escobar para quedarse con el segundo registro más rápido, a una escasa diferencia de 254 milésimos del Saenzpeñenze Pablo Zacarías que fue el Poleman, aunque solo por unos instantes, ya que en la posterior revisión técnica se descubrió que en la base de su carburador había un suplemento que no estaba permitido y por ello sufrió la quita de los tiempos, recayendo de esta manera la pole position en manos de Escobar.
Desde la posición de privilegio le tocó largar al saladeño en la carrera clasificatoria, que supo comandar en los primeros metros. La chapa ya estaba presente en la pista y una serie de incidentes obligaron a que se agite la bandera amarilla. Entonces Paolo Marchelli y Julio Sánchez superaban a Escobar, aún con la bandera amarilla indicando peligro en la pista. En el relanzamiento, Cristian Churruca y Renzo Cerreti también doblegaron al saladeño, que vio en la quinta colocación la caída de la bandera a cuadros. Después en parque cerrado, se supo que a Marchelli y a Sánchez se les recargaba con diez segundos por realizar ese sobrepaso a Escobar que escaló al tercer puesto automáticamente.
Detrás de Cerreti y Churruca largó la carrera final el piloto de Saladas. Una mala pasada le jugó la caja de cambios retrasándolo al puesto seis en los primeros metros. Esto lo obligó a recuperar terreno perdido y en la siguiente vuelta, Escobar estiró el frenaje en la curva de la tribuna para pasar a ser el segundo en la pista, en una maniobra más que vistosa y al límite, aunque con la mala fortuna de tocarse con Cerreti, lo que le valió un recargo de diez segundos. Allí empezó otra carrera para Escobar, que tuvo que poner todo lo que tenía para descontar el recargo. Al sector de la curva de la tribuna llegaban cuatro autos apareados, la carrera no tenía dueño y el abanico de protagonistas para ganar se agrandaba mientras que la chapa se arrugaba y la situación cada vez era más confusa en la pista. Martín Criado lo tocó a Escobar en el ingreso a la recta principal y ambos fueron al trompo. Escobar volvió al asfalto pero después Marcelino Orcola rompió su motor y regó de aceite la pista en la vuelta número nueve de carrera. El Pace Car ingresó por el término de cuatro vueltas, y las autoridades resolvieron concluir la competencia por precaución. De esta manera el clasificador quedó en suspenso.
Lo concreto es que el comisariato deportivo de la categoría dejó mucho que desear una vez más. Esta vez la paridad de la competencia fue la que juzgó y dejó al desnudo las falencias del cuerpo fiscalizador que estuvo muy escaso de criterio a la hora de sancionar o apercibir las diversas situaciones que se apreciaron en la final de la Monomarca. Cabe mencionar que la medida tomada por las autoridades, no cayó de la mejor manera en varios de los pilotos, ni del público mismo que en un santiamén se ausentó del autódromo.
German Miguel – Prensa Equipo Petrobras Saladas.
Foto: Gentileza En Carrera.
Con un parque automotor de 23 unidades, se desarrollaron dos tandas de entrenamientos libres antes de la clasificación, y en ellas, el piloto saladeño padeció con una falla que después se solucionó reemplazando la bomba de combustible.
En la clasificación fue otra la historia, ya que al esfumarse el percance, el piloto pudo plasmar en la pista el potencial neto de su impulsor y la docilidad de un chasis que estrenaba cuatro amortiguadores nuevos. Ocho vueltas fueron las que utilizó Escobar para quedarse con el segundo registro más rápido, a una escasa diferencia de 254 milésimos del Saenzpeñenze Pablo Zacarías que fue el Poleman, aunque solo por unos instantes, ya que en la posterior revisión técnica se descubrió que en la base de su carburador había un suplemento que no estaba permitido y por ello sufrió la quita de los tiempos, recayendo de esta manera la pole position en manos de Escobar.
Desde la posición de privilegio le tocó largar al saladeño en la carrera clasificatoria, que supo comandar en los primeros metros. La chapa ya estaba presente en la pista y una serie de incidentes obligaron a que se agite la bandera amarilla. Entonces Paolo Marchelli y Julio Sánchez superaban a Escobar, aún con la bandera amarilla indicando peligro en la pista. En el relanzamiento, Cristian Churruca y Renzo Cerreti también doblegaron al saladeño, que vio en la quinta colocación la caída de la bandera a cuadros. Después en parque cerrado, se supo que a Marchelli y a Sánchez se les recargaba con diez segundos por realizar ese sobrepaso a Escobar que escaló al tercer puesto automáticamente.
Detrás de Cerreti y Churruca largó la carrera final el piloto de Saladas. Una mala pasada le jugó la caja de cambios retrasándolo al puesto seis en los primeros metros. Esto lo obligó a recuperar terreno perdido y en la siguiente vuelta, Escobar estiró el frenaje en la curva de la tribuna para pasar a ser el segundo en la pista, en una maniobra más que vistosa y al límite, aunque con la mala fortuna de tocarse con Cerreti, lo que le valió un recargo de diez segundos. Allí empezó otra carrera para Escobar, que tuvo que poner todo lo que tenía para descontar el recargo. Al sector de la curva de la tribuna llegaban cuatro autos apareados, la carrera no tenía dueño y el abanico de protagonistas para ganar se agrandaba mientras que la chapa se arrugaba y la situación cada vez era más confusa en la pista. Martín Criado lo tocó a Escobar en el ingreso a la recta principal y ambos fueron al trompo. Escobar volvió al asfalto pero después Marcelino Orcola rompió su motor y regó de aceite la pista en la vuelta número nueve de carrera. El Pace Car ingresó por el término de cuatro vueltas, y las autoridades resolvieron concluir la competencia por precaución. De esta manera el clasificador quedó en suspenso.
Lo concreto es que el comisariato deportivo de la categoría dejó mucho que desear una vez más. Esta vez la paridad de la competencia fue la que juzgó y dejó al desnudo las falencias del cuerpo fiscalizador que estuvo muy escaso de criterio a la hora de sancionar o apercibir las diversas situaciones que se apreciaron en la final de la Monomarca. Cabe mencionar que la medida tomada por las autoridades, no cayó de la mejor manera en varios de los pilotos, ni del público mismo que en un santiamén se ausentó del autódromo.
German Miguel – Prensa Equipo Petrobras Saladas.
Foto: Gentileza En Carrera.