El Intendente de la ciudad de Saladas Doctor Daniel Alterats supervisó el conjunto de trabajos que se realizan en el predio donde se construye el futuro “Complejo Turístico”, ubicado sobre el margen Sur-Central de la laguna Soto. Un lugar recuperado y destinado a ser el lugar de esparcimiento de los saladeños y circunstanciales visitantes.
Un vacio llenado en cuanto a un espacio disponible para la comunidad en contacto con la naturaleza.
Saladas es una ciudad, que desde la misma erradicación del fuerte emplazado (erigido aproximadamente entre fines del siglo XVII e inicios del XVIII) en el actual lugar de la bellísima Plaza Cabral y alrededores, a partir de entonces sus pobladores utilizaron este espacio vacío del ex fuerte como lugar de esparcimiento y recreación, lo que generó en el siglo pasado la construcción y formalización de la actual plaza, tuvieron que pasar casi tres siglos de la fundación de Saladas (1732), para tener otra opción recreativa, más allá que la laguna Soto por algún tiempo fuera la opción en temporadas estivales, hasta la eutrofización de sus aguas por la depredación del hombre al ecosistema urbano.
Hoy día se ejecutan y proyectan acciones urbanísticas entre otras, con el fin de la recuperación del espejo de agua y sectores aledaños a este patrimonio ambiental, máxime en un contexto de acelerado crecimiento cuantitativo y cualitativo en cuanto a lo urbanístico y vial de la ciudad de Saladas, hoy con una infraestructura vial y edilicia que superan las medias urbanas, (siempre en sus proporciones comparativas).
En este marco, la recuperación de un lugar para esparcimiento y recreación en contacto directo con el ecosistema cobra una importancia superlativa, en esta pequeña urbe de cemento, ya sin estar inaugurado, los saladeños y visitantes lo utilizan, cual patrimonio adquirido de lo legado por la Madre Naturaleza.
Más allá de lo que significa la ardua tarea de construir una infraestructura, lo que quizás sea lo más complejo es el hecho de cuidar que con ello no se altere el frágil ecosistema, ya dañado por el hombre, por lo que se recurrió al asesoramiento técnico y científico del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL / CONICET).
Saladas es una ciudad, que desde la misma erradicación del fuerte emplazado (erigido aproximadamente entre fines del siglo XVII e inicios del XVIII) en el actual lugar de la bellísima Plaza Cabral y alrededores, a partir de entonces sus pobladores utilizaron este espacio vacío del ex fuerte como lugar de esparcimiento y recreación, lo que generó en el siglo pasado la construcción y formalización de la actual plaza, tuvieron que pasar casi tres siglos de la fundación de Saladas (1732), para tener otra opción recreativa, más allá que la laguna Soto por algún tiempo fuera la opción en temporadas estivales, hasta la eutrofización de sus aguas por la depredación del hombre al ecosistema urbano.
Hoy día se ejecutan y proyectan acciones urbanísticas entre otras, con el fin de la recuperación del espejo de agua y sectores aledaños a este patrimonio ambiental, máxime en un contexto de acelerado crecimiento cuantitativo y cualitativo en cuanto a lo urbanístico y vial de la ciudad de Saladas, hoy con una infraestructura vial y edilicia que superan las medias urbanas, (siempre en sus proporciones comparativas).
En este marco, la recuperación de un lugar para esparcimiento y recreación en contacto directo con el ecosistema cobra una importancia superlativa, en esta pequeña urbe de cemento, ya sin estar inaugurado, los saladeños y visitantes lo utilizan, cual patrimonio adquirido de lo legado por la Madre Naturaleza.
Más allá de lo que significa la ardua tarea de construir una infraestructura, lo que quizás sea lo más complejo es el hecho de cuidar que con ello no se altere el frágil ecosistema, ya dañado por el hombre, por lo que se recurrió al asesoramiento técnico y científico del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL / CONICET).