Trabajarán en las provincias de Pisco, Chincha e Ica, las más dañadas por el sismo. En la contratación del personal para las obras se dará prioridad a las familias con mayores urgencias, que tengan niños y personas discapacitadas a su cuidado.
Unos 8.000 damnificados de las provincias de Pisco, Chincha e Ica, las más dañadas por el sismo que azotó el sur de Perú el miércoles pasado, trabajarán en la reconstrucción de esas zonas en el marco de un programa de trabajo temporal, informaron este lunes autoridades del país andino. La ministra de Trabajo de Pisco, Susana Pinilla, dijo que los pobladores que resultaron más afectados por el sismo de 7,9 grados en la escala de Richter serán contratados para realizar labores de remoción de escombros y limpieza en el área devastada a cambio de un pago semanal y adelantado. En la contratación del personal, mediante el programa Construyendo Perú, se dará prioridad a las familias con mayores urgencias, que tengan niños pequeños y personas discapacitadas a su cuidado, informó la agencia DPA. El trabajo en Pisco, la más afectada por el sismo y ubicada a 230 kilómetros al sur de Lima, comenzará el martes y estará a cargo de 4.000 habitantes, mientras que en Ica y Chincha, los trabajos de limpieza los realizarán otros 4.000 damnificados a partir del viernes. De acuerdo a cifras oficiales provisorias, el número de muertos por el sismo supera los 500, más de 1500 personas sufrieron heridas y las familias damnificadas suman 33.900. "Esperamos que en dos o tres días ya no quede ni un solo escombro. Con esta actividad de Construyendo Perú les vamos a dar trabajo, van a contribuir y van a generar sus propios ingresos. Estamos seguros de que Pisco será una ciudad más bonita", indicó la ministra desde esa provincia. Pinilla también señaló que gobierno evalúa entregar un subsidio de 14 soles diarios (unos 4,4 dólares) a los damnificados que abandonen las ciudades afectadas y se alojen en casa de algún amigo o familiar con el fin de desconcentrar la zona que será reconstruida. Las labores de limpieza y retiro de escombros forman parte de la segunda etapa del trabajo de emergencia en las zonas devastadas anunciada el domingo por el presidente peruano, Alan García, que además incluye el mantenimiento del orden público y asegurar el flujo de alimentos y agua potable a los damnificados.