Un espeso humo negro volvió a salir hoy de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal de que los cardenales reunidos en el templo no lograron elegir a un nuevo papa en su segunda y tercera votación.
El humo salió a las 11.38 (7.38 en Argentina) de la chimenea de la Capilla ante la vista de cientos de fieles congregados por segundo día consecutivo bajo la lluvia en la plaza San Pedro, pendientes de la elección del sucesor de Benedicto XVI.
Los cardenales encerrados en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor de Benedicto XVI votaron por segunda vez pero no hubo “fumata”, por lo que hubo que esperar a la tercera votación para anunciar el desencuentro a través del tradicional humo negro.
A partir del segundo día del cónclave hay dos votaciones por la mañana y otras dos por la tarde, pero se emitirán dos fumatas por día en caso de que el veredicto sea que aún no hay papa.
Esta mañana se esperaba la primera humareda a las 10.30 horas (6.30 de Argentina) pero no salió ni humo blanco ni negro, para decepción de los cientos de fieles que se congregaron bajo la lluvia para seguir la elección del próximo pontífice.
Tras desayunar en la Casa Santa Marta, establecimiento del Vaticano donde los cardenales se encuentran alojados durante el cónclave, los electores se dirigieron a la capilla Paulina para celebrar misa y luego se volvieron a encerrar en la Capilla Sixtina a las 9.30 para emitir la segunda y tercera votación.
En caso de que ninguno de los cardenales consiga el apoyo de dos tercios de los electores, 77 de 115, la votación y todo el ritual se repetirá por la tarde a partir de las 16.50 (12.50 de Argentina).
Si la primera votación de la tarde es positiva, se espera fumata blanca para entre las 17.30 y 18 horas (13.30-14 de Argentina); mientras que si es negativa, sería sobre las 19 horas (15 de Argentina).
La primera y frustrada fumata del cónclave para definir al sucesor de Joseph Ratzinger tuvo lugar ayer.
El vocero vaticano, Federico Lombardi, había anticipado que era muy difícil que el papa saliera ya en la primera votación.
La fumata negra coronó el primer día de cónclave, que comenzó unas dos horas antes sin un favorito excluyente y con divisiones entre los purpurados sobre quién debería tomar las riendas del Vaticano tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, quien profundizó los problemas que atraviesa la Iglesia.
Según los expertos vaticanistas, este cónclave se presenta muy abierto, similar al que eligió a Juan Pablo II en 1978 después de ocho votaciones, aunque todos coinciden en señalar que sin dudas habrá nuevo papa antes de Semana Santa.
Los cardenales encerrados en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor de Benedicto XVI votaron por segunda vez pero no hubo “fumata”, por lo que hubo que esperar a la tercera votación para anunciar el desencuentro a través del tradicional humo negro.
A partir del segundo día del cónclave hay dos votaciones por la mañana y otras dos por la tarde, pero se emitirán dos fumatas por día en caso de que el veredicto sea que aún no hay papa.
Esta mañana se esperaba la primera humareda a las 10.30 horas (6.30 de Argentina) pero no salió ni humo blanco ni negro, para decepción de los cientos de fieles que se congregaron bajo la lluvia para seguir la elección del próximo pontífice.
Tras desayunar en la Casa Santa Marta, establecimiento del Vaticano donde los cardenales se encuentran alojados durante el cónclave, los electores se dirigieron a la capilla Paulina para celebrar misa y luego se volvieron a encerrar en la Capilla Sixtina a las 9.30 para emitir la segunda y tercera votación.
En caso de que ninguno de los cardenales consiga el apoyo de dos tercios de los electores, 77 de 115, la votación y todo el ritual se repetirá por la tarde a partir de las 16.50 (12.50 de Argentina).
Si la primera votación de la tarde es positiva, se espera fumata blanca para entre las 17.30 y 18 horas (13.30-14 de Argentina); mientras que si es negativa, sería sobre las 19 horas (15 de Argentina).
La primera y frustrada fumata del cónclave para definir al sucesor de Joseph Ratzinger tuvo lugar ayer.
El vocero vaticano, Federico Lombardi, había anticipado que era muy difícil que el papa saliera ya en la primera votación.
La fumata negra coronó el primer día de cónclave, que comenzó unas dos horas antes sin un favorito excluyente y con divisiones entre los purpurados sobre quién debería tomar las riendas del Vaticano tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, quien profundizó los problemas que atraviesa la Iglesia.
Según los expertos vaticanistas, este cónclave se presenta muy abierto, similar al que eligió a Juan Pablo II en 1978 después de ocho votaciones, aunque todos coinciden en señalar que sin dudas habrá nuevo papa antes de Semana Santa.