Benedicto XVI ofició esta madrugada la tradicional Misa de Gallo en la Basílica de San Pedro para celebrar la Navidad. En su homilía, recalcó la necesidad de millones de pobres y desplazados. Es la tercera Navidad para desde que inició su Pontificado en abril de 2005.
El papa Benedicto XVI pidió este martes soluciones humanas, justas, duraderas y denunció las sangrientas consecuencias de la guerra, los conflictos y el terrorismo, durante el tradicional mensaje de Navidad leido desde el balcón central de la Basílica vaticana.
Ante unas 40 mil personas, el Papa pidió "soluciones humanas, justas y duraderas" para las crisis que atraviesan distintas regiones de Africa y Asia, así como para conflictos "desgraciadamente olvidados con frecuencia", dijo.
"Mis pensamientos se dirigen especialmente a esos lugares donde el lúgubre sonido de las armas continúa reverberando", destacó.
Se refirió "a las torturadas regiones de Darfur, Somalia, el norte de la República Democrática del Congo, la frontera entre Etiopía y Eritrea; todo Cercano Oriente, en especial Irak, Líbano y Tierra Santa; a Afganistán, Pakistán y Sri Lanka; a los Balcanes".
"Que el Niño Jesús lleve alivio a aquellos que sufren y que conceda a los líderes políticos la sabiduría y el coraje para buscar y hallar soluciones humanas, justas y duraderas", enfatizó. El Pontífice lanzó este llamado durante el tradicional mensaje navideño "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo), según consignaron las agencias de noticias DPA y Ansa.
El mensaje fue relanzado a través de 57 ’network’ televisivos que cubren 88 países, de los cuales 35 estaban conectados en directo.
Horas antes, Benedicto XVI encabezó las celebraciones navideñas con la misa de Nochebuena e instó a la comunidad católica a darle un lugar "al prójimo, a los pobres y a Dios" y sostuvo que quienes más se enriquecen más se encierran en sí mismos.
"De alguna manera, la humanidad espera a Dios, su cercanía. Pero cuando llega el momento, no tiene lugar para él", subrayó el Papa.