Olegario "Lega" Álvarez murió baleado por una partida policial, a la edad de 35 años, desde entonces quedó convertido en una leyenda en el corazón del pueblo y de los más desposeídos. En este poblado de Saladas, todos los años se lo recuerda y homenajea, en el templo, en casas de familia y en su tumba en el cementerio “San Francisco de Asís”. Una sorprendente fuerza de devoción popular al Gaucho Lega tuvo como epicentros: la Iglesia San José, su tumba en el cementerio “San Francisco de Asís” y el domicilio de la familia Bordón, todos de la ciudad de Saladas.
Ayer lunes 22 de mayo se ofició una misa en la Iglesia San José, por el eterno descanso del alma de Olegario Álvarez, hospedando su imagen durante la noche en dicha iglesia, siendo retirado en procesión en la fría mañana saladeña, de este martes.
Sus devotos en procesión se dirigieron hasta la capilla donde se venera al Gaucho Lega, situada en el domicilio de la familia Bordón en el populoso barrio “ 2 de Noviembre”, en el lugar los devotos procedieron a invocar una oración, ya sea de agradecimiento o pedido de un milagro ante una situación extrema, simultáneamente con el mismo escenario se observaba a devotos ante su tumba en la necrópolis saladeña.
A la llegada de los promeseros, la familia Bordón, como lo realiza desde hace décadas, sirvieron un chocolate con facturas, para en horas del mediodía ofrecer un almuerzo criollo a los promeseros, devotos y visitantes de distintos puntos del país, que consistió en platos tradicionales, asado, empanadas y locro.
En el cementerio saladeño “San Francisco de Asís”, desde horas tempranas sus creyentes procedian a orar, encender velas rojas y embanderar la tumba de “Leguita”, tumba totalmente pintada de color rojo, con innumerables placas y paños de sus agradecidos promeseros y fervorosos creyentes en sus milagros.
Lega fue muerto por una partida policial el 23 de mayo de 1906, hace exactamente 110 años, en el paraje Rincón de Luna, departamento de Concepción, a la temprana edad de 35 años. Diversos autores sostenían que la policía le temía y la gente del pobrerío lo ayudaba. Por su condición de paria, vivía desposeído de todo, pero demostraba hondos sentimientos solidarios hacia los sectores humildes y el rancherío.
Fuente: MiSaladas
Sus devotos en procesión se dirigieron hasta la capilla donde se venera al Gaucho Lega, situada en el domicilio de la familia Bordón en el populoso barrio “ 2 de Noviembre”, en el lugar los devotos procedieron a invocar una oración, ya sea de agradecimiento o pedido de un milagro ante una situación extrema, simultáneamente con el mismo escenario se observaba a devotos ante su tumba en la necrópolis saladeña.
A la llegada de los promeseros, la familia Bordón, como lo realiza desde hace décadas, sirvieron un chocolate con facturas, para en horas del mediodía ofrecer un almuerzo criollo a los promeseros, devotos y visitantes de distintos puntos del país, que consistió en platos tradicionales, asado, empanadas y locro.
En el cementerio saladeño “San Francisco de Asís”, desde horas tempranas sus creyentes procedian a orar, encender velas rojas y embanderar la tumba de “Leguita”, tumba totalmente pintada de color rojo, con innumerables placas y paños de sus agradecidos promeseros y fervorosos creyentes en sus milagros.
Lega fue muerto por una partida policial el 23 de mayo de 1906, hace exactamente 110 años, en el paraje Rincón de Luna, departamento de Concepción, a la temprana edad de 35 años. Diversos autores sostenían que la policía le temía y la gente del pobrerío lo ayudaba. Por su condición de paria, vivía desposeído de todo, pero demostraba hondos sentimientos solidarios hacia los sectores humildes y el rancherío.
Fuente: MiSaladas