Advertimos un estancamiento de la actividad desde enero pasado hasta la fecha donde el freno a la obra pública y suspensión de planes de vivienda está impactando fuertemente deprimiendo la demanda maderera. Notamos una baja del orden del 40% en la demanda a lo largo del periodo señalado.
Asimismo no se vislumbran señales claras de una pronta recuperación y en consecuencia las industrias más pequeñas comienzan a manifestar problemas financieros para sostener el normal ritmo de producción dado que comienza a aumentar los stocks y alargarse los plazos de pagos.
Hoy todas las variables económicas parecieran dar la espalda a la industria, a saber: el tipo de cambio planchado en $ 14.30 no favorece a la exportación, mientras que si encarece los insumos atados a dólar en el mercado interno. El dólar exportable en el actual contexto debiera estar en los $19 o $20.
Las tasas de interés por encima del 35% no estimula el acceso a financiamiento en el sistema financiero, los ajustes de tarifas eléctricas y sucesivos aumentos de combustibles, presionan los costos internos para arriba y nos alejan de un escenario de competitividad.
Situación ésta que gravita para las empresas radicadas en economías regionales donde la distancia a los centros de consumo son mayores a 1000 km por lo que la incidencia del flete es muy significativa.
A todo este combo de variables negativas se suma la liberación de productos importados, como es el caso puntual de los tableros de compensado fenólico ( contrachapados ) de Brasil y China que ingresan al país a precios muy inferiores a los productos de fabricación nacional desplazando a estos del mercado. En Misiones las fábricas de terciados y compensados están trabajando en esquema de turnos reducidos, con suspensión de personal las que no comenzaron a despedir personal.
Considero que es un momento muy delicado para nuestro sector y apelamos a la sensibilidad del Estado para dar una pronta respuesta a estas cuestiones antes de poner en riesgo más puestos de trabajo.
El gobierno ha manifestado su mirada a nuestro sector como estratégico para el desarrollo de la economía provincial y sectorial por lo que esperamos se pongan en marcha los programas de obras que recuperen la actividad.
Desde el sector productivo, las empresas harán todos los esfuerzos para sostener el personal como así también lograr las eficiencias internas en pos de la competitividad.
Creemos que somos un sector con enorme potencial como motor de desarrollo económico para la provincia y la región.
Hoy todas las variables económicas parecieran dar la espalda a la industria, a saber: el tipo de cambio planchado en $ 14.30 no favorece a la exportación, mientras que si encarece los insumos atados a dólar en el mercado interno. El dólar exportable en el actual contexto debiera estar en los $19 o $20.
Las tasas de interés por encima del 35% no estimula el acceso a financiamiento en el sistema financiero, los ajustes de tarifas eléctricas y sucesivos aumentos de combustibles, presionan los costos internos para arriba y nos alejan de un escenario de competitividad.
Situación ésta que gravita para las empresas radicadas en economías regionales donde la distancia a los centros de consumo son mayores a 1000 km por lo que la incidencia del flete es muy significativa.
A todo este combo de variables negativas se suma la liberación de productos importados, como es el caso puntual de los tableros de compensado fenólico ( contrachapados ) de Brasil y China que ingresan al país a precios muy inferiores a los productos de fabricación nacional desplazando a estos del mercado. En Misiones las fábricas de terciados y compensados están trabajando en esquema de turnos reducidos, con suspensión de personal las que no comenzaron a despedir personal.
Considero que es un momento muy delicado para nuestro sector y apelamos a la sensibilidad del Estado para dar una pronta respuesta a estas cuestiones antes de poner en riesgo más puestos de trabajo.
El gobierno ha manifestado su mirada a nuestro sector como estratégico para el desarrollo de la economía provincial y sectorial por lo que esperamos se pongan en marcha los programas de obras que recuperen la actividad.
Desde el sector productivo, las empresas harán todos los esfuerzos para sostener el personal como así también lograr las eficiencias internas en pos de la competitividad.
Creemos que somos un sector con enorme potencial como motor de desarrollo económico para la provincia y la región.