Como si algo les faltara a los saladeños, su única vía de acceso a la ciudad comienza a sentir el incesante transitar de vehículos de pequeño y gran porte que diariamente circulan por la Avenida Urbano Salvador Leyes. Baches de gran diámetro se pueden apreciar en casi todo su recorrido, esto se debe al no tener otra vía de acceso en condiciones óptimas, ya que la Avenida Pujol todavía espera que alguien se digne a repararla.
La falta de mantenimiento y el olvido de los políticos a sus promesas en tiempo de campaña sobre la repavimentación de la Avenida Juan Gregorio Pujol, hace que los saladeños comiencen a sentir el desgaste físico de su única vía de acceso, la Avenida Urbano Salvador Leyes.
Son pocos los que se animan a transitar con sus vehículos por la poseada y olvidada Avenida Pujol. El reclamo de toda la población cae siempre en saco roto o mejor dicho todo se cajonea tal vez para siempre en algún despacho gubernamental. Lo cierto es que esa arteria descomprimiría bastante el tránsito que ingresa y egresa a la localidad, por ahora todos los colectivos de corta y larga de distancia, camiones y todo tipo de vehículo ven a la Avenida Urbano Salvador Leyes como único acceso, lo que causa un deterioro importante en el asfalto de la misma.
Baches de dimensiones importantes se observan en casi todo su recorrido y nadie toma cartas en el asunto. Desde el municipio aseguran que es un problema provincial, por tratarse de una ruta provincial, aunque no descartan arreglar dichos baches si Vialidad Provincial no atiende el reclamo.
Caminar por la tarde entre la basura y el mal olor
Son muchos los saladeños que adoptaron por costumbre o por cuestiones de salud caminar en horas de la mañana o por la tarde por la banquina de la ahora poseada Avenida Urbano Salvador Leyes. Lo cierto que caminar se hace un tanto complicado, ya que a la vera de la ruta uno se encuentra con basuras que emanan mal olor y dan un aspecto sucio atrayendo alimañas de todo tipo que muchas veces asustan a los que realizan su rutina de ejercicios.
Como si fuera poco ver los baches, la luz que escasea, la basura que algunos vecinos tiran al costado de la ruta, uno debe sentir el nauseabundo aroma que emanan las piletas cloacales de la Empresa Aguas de Corrientes.
Vaya paradoja, uno busca realizar actividad física y tener así una salud estable y se encuentra con un medio ambiente dañado por la inconciencia de algunos.