Agricultores familiares de Lavalle y la región intercambiaron mucho más que semillas

El nublado y el viento no fueron impedimento para que decenas de agricultores familiares se acercaran este domingo por la mañana hasta el paraje Cruz de los Milagros (departamento de Lavalle) para participar del intercambio de semillas y de la VII Fiesta Provincial de las Familias Campesinas.
Pasadas las 9 de la mañana, los productores provenientes de Santa Rosa, Santa Lucía, Esquina, Goya, Concepción, entre otros departamentos, comenzaron a desplegar lo que habían traído para trocar con sus pares.

En el predio parroquial, se armaron largas mesas donde los productores expusieron desde semillas, ramas de distintas variedades de planta como mandioca y caña de azúcar. También se expusieron artesanías y manufacturas caseras.

El acto inaugural fue presidido por el sacerdote de Santa Lucía, José Ortiz, quien bendijo cada uno de los improvisados stands por exhibir el fruto del trabajo del hombre y de la tierra. Mientras el agua bendita caía sobre las mesas, el sacerdote agradecía por la bonanza del suelo correntino.

Por su parte, el coordinador de la Delegación Corrientes de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación, licenciado Benjamín Leiva, remarcó que el organismo que representa tiene el compromiso de trabajar por agricultura con agricultores. “Ellos son el eje de nuestro trabajo, más allá de que resta mucho aún por hacer en todo lo referido a tierra, viviendas, en otras cosas, pero seguimos trabajando con compromiso en el sector”, puntualizó el funcionario nacional.

En tanto que la técnica de la Subsecretaría, Felipa Mendieta, dijo que las semillas eran el medio que se debía compartir vida y sinónimo de estar junto al prójimo.

Minutos después, los agricultores provenientes de distintos puntos de la región hicieron su paso por las distintas mesas para llevar a cabo el intercambio pero no sólo de semillas, sino también de saberes y experiencias acerca de su siembra y cultivo. Mientras tanto, muy cerca de allí, se preparaba el almuerzo comunitario para todos los asistentes al evento.

La gran fiesta de la región culminó con un festival musical como símbolo de la fusión que existe entre el trabajo campesino y la tradición chamamecera.