El tandilense, de sólo 18 años, jugó a lo grande, ganó por 7-6 (7-4), 3-6, 6-4, 4-6 y 6-2 en Linz, sobre carpeta, y le dio la clasificación al equipo de Mancini. La serie arrancó el viernes con victorias de Acasuso y Cañas, y los austríacos descontaron ayer con el triunfo del dobles. La próxima instancia se disputará entre el 6 y el 8 de abril.
Con apenas 18 años, Juan Martín Del Potro (67º de la ATP) tuvo su debut soñado en la Copa Davis. Tras la derrota argentina de ayer en el dobles, Mancini le dio al tandilense la responsabilidad de jugar el segundo match point de la serie, y el pibe respondió a lo grande: Le ganó a Jurgen Melzer (30º) por 7-6 (7-4), 3-6, 6-4, 4-6 y 6-2, sobre la carpeta de Linz, y aseguró el pasaje a cuartos de final, donde Argentina visitará a Suecia. El argentino comenzó con la tensión lógica del debut. Recién pudo meter su primer servicio cuando estuvo 15-40. Allí metió tres seguidos que le devolvieron la confianza y le permitieron cerrar su primer game de saque. Melzer aprovechó el bajo porcentaje de efectividad del argentino en el servicio (40%) para quebrar en el tercer game. Sin embargo Juan Martín reaccionó y rápidamente puso el 2-2. A partir de allí, ambos se hicieron fuertes con su servicio. El argentino levantó la puntería y del 40% de efectividad con el saque, pasó a casi el 70%. El austriaco se equivocó bastante (18 errores no forzados contra sólo 6 del argentino) y no le pudo encontrar puntos flojos al juego de Del Potro. Así llegaron al tie break, donde el pibe de Tandil mostró un juego muy sólido y aprovechó las lagunas del local para ganarlo 7-4. Melzer estabilizó un poco su juego en el arranque del segundo parcial. Bajó el margen de error (11 errores no forzados menos que en el set inicial), mantuvo la solidez con el saque, no falló en la red y obligó a Del Potro a esforzarse mucho más para ganar puntos. El local quebró el servicio del argentino en el cuarto game y se dedicó a cuidar esa ventaja hasta el 6-3 que le devolvió algo de tranquilidad. Con un mayor protagonismo en el partido, Del Potro volvió a exigir a su rival, que cometió dos errores groseros en la red y le permitió escaparse 3-1. Sin embargo, no apuró y el austriaco se recuperó en el juego siguiente. Ambos se mantuvieron firmes con su servicio hasta el décimo game, cuando el local se encontró 4-5 con su saque. El argentino lo puso rápidamente 0-30, y esta vez no perdonó: quebró en cero y quedó a un paso de la clasificación. En un estadio sin clima de Copa Davis, Del Potro salió a jugar el cuarto set con la tranquilidad de un experimentado. Hizo bien su trabajo hasta el quinto game, 2-2 con su servicio. En un parcial de largos peloteos, la faja le dio una mano a Melzer y le regaló un quiebre que le dio permiso para soñar. El argentino se recuperó en el octavo game y puso las cosas 4-4, pero no aguantó la ansiedad, falló con su saque, el set se le escapó en un segundo. La incertidumbre se adueñó del banco argentino. Nadie imaginaba cómo podía reaccionar el pibe ante semejante responsabilidad. Como en el set anterior, y pese al cansancio, salió tranquilo, ganó su saque y le demostró a Melzer que no le iba a regalar nada. Y fue el austriaco el que sintió la presión. Fue a sacar para 2-2, pero no pudo ganar ni un solo punto, perdió su saque con una doble falta y lo que podía ser 2-2 era 1-3. La incertidumbre se transformó en ansiedad cuando Juan Martín pasó la prueba de confirmar el quiebre, y pasó a clima de fiesta cuando el tandilense volvió a quedarse con el servicio del local. Con el 5-1 y su saque, Del Potro chocó contra un Melzer que arriesgó todo y no falló. Ese punto perdido encendió una luz de alerta, pero Juan Martín tranquilizó con un cierre a lo grande, y desató la locura.